lunes, 20 de mayo de 2019

Paz, la palabra que resonó en la fiesta de los libros

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La Feria Internacional del Libro de Bogotá se convirtió de forma inesperada en un evento cultural de respaldo y reivindicación del diálogo, la negociación política y los acuerdos de paz, en una coyuntura en la que desde el gobierno y el partido de gobierno hacen hasta lo imposible por imponer la concepción de inexistencia de un conflicto económico y social y desterrar  alternativas civilizadas de resolución de los conflictos políticos -la FilBo fue un contraveneno, dijo Ricardo Silva en su columna de El País de Madrid.

Mas allá de las previsibles decenas de lanzamientos de libros, la presencia de escritores famosos (Massimo Manfredi, Rosa Montero, Martín Caparrós, John Katzenbach, Gilles Lipovetsky, Santiago Posteguillo, Mario Mendoza, Ricardo Silva y tantos mas), la gastronomía (“Libros para comer” fue uno de los programas), la poesía, el cine (“Mujeres de Macondo” cine colombiano en charlas y cartelera), el periodismo, la ciencia, las filas para la firma, las conferencias, los diálogos, los inefables youtubers, la fiebre por la autoayuda, las recetas sobre liderazgo, acompañamiento, mercadeo y enriquecimiento, algunos eventos relacionados con la historia del país y del conflicto armado, los acuerdos de paz y la tensión política actual, rebasaron las expectativas de asistencia y ventas.

La esperanza de paz y los horrores de la guerra
El expresidente Juan Manuel Santos tuvo una distendida charla con el escritor Juan Gabriel Vázquez sobre el proceso de paz con las Farc relatado en su exitoso libro, colmada de aplausos de gratitud. Similar situación vivió el jefe negociador de los Acuerdos de La Habana, Humberto De la Calle, con sus reflexiones sobre la negociación. ¿Cómo se logró el acuerdo de paz con las Farc?, la metodología del proceso, publicada por el Centro de Pensamiento y Seguimiento de la Universidad Nacional, constituye un importante aporte sobre las claves que condujeron al fin del conflicto mas antiguo del continente americano, al igual que Rutas y retos, sobre las complejidades de la implementación de los acuerdos, dos de los tantos títulos presentados por la Nacional, que a la par con otras universidades dan lustro a la feria con una amplia divulgación de su producción intelectual progresista. En un espacio ambientado con una réplica de La casa del florero, lugar donde ocurrió el hecho formal desencadenante del grito de Independencia, el periódico El Espectador desarrolló una variada agenda temática en la que resaltó la pedagogía sobre justicia transicional y el Sistema de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición surgido de los Acuerdos de Paz: La Jurisdicción Especial de Paz y la Comisión de la Verdad fueron tema central.

Los horrores de la guerra siguen motivando testimonios, investigaciones y análisis, de lo que dan cuenta varias novedades feriales, entre otros: Aquí no ha habido  muertos. Una historia de asesinatos y negación en Colombia de María McFarland, Los dormidos y los muertos de Gustavo López Ramírez, Tierra verde calcinada de Juan Miguel Álvarez, Huellas de Germán Castro Caycedo y Crónicas de la violencia en los Llanos de Alberto Baquero Nariño. Por mala convocatoria fracasó el evento de presentación del Archivo Guzmán (del sociólogo Germán Guzmán Campos, coautor con Eduardo Umaña y Orlando Fals del primer estudio sobre La violencia en Colombia), con un fascinante libro de fotos y correspondencia, la mayoría inéditas, entre actores del proceso de Entrega de armas de las guerrillas del Llano. Sep.-oct.1953 editado por los profesores Alberto Valencia, Luis Carlos Castillo y Francisco Ramírez, publicado por la Universidad del Valle, y el ensayo de Guzmán Tres estamentos de poder Colombia siglo XX.

Las conversaciones con el ELN, suspendidas tras el congelamiento al que las sometió el gobierno Duque y la racha de atentados de esa guerrilla durante este año, fueron otro tema de interés y de acuerdo sobre su casi imposibilidad en este cuatrienio, como de que en algún momento tendrá que ser. El historiador Carlos Medina Gallego presentó una Historia de las Ideas Políticas del ELN (1958-2018) y Conflicto Armado, Iglesia y Violencia sobre el asesinato de monseñor Emilio Jaramillo por ese grupo insurgente. Víctor de Currea Lugo llamó Historia de un Fracaso el intento sostenido por el gobierno Santos y el ELN, recogido en la compilación de sus escritos sobre el asunto y Luis Eduardo Celis tituló los esfuerzos de distintos gobiernos con esa agrupación como “Una paz sin dolientes”, un libro publicado por NC, editorial impulsada por excombatientes de las Farc. El Coronel (r) Darío Cortés y Alejandra Cerón sostienen en Negociación con el ELN. Una mirada desde su complejidad la inviabilidad de un acuerdo si se desconoce el carácter político de ese actor armado. Darío Villamizar conversó sobre la reedición de su biografía sobre Jaime Bateman, el fundador y mítico comandante del M19, y de la Historia de las Guerrillas en Colombia.

La política brota entre las palabras
Y la política en sus diversas manifestaciones hizo delicias envuelta en otros ropajes. La FilBo y Señal Colombia estrenaron un merecido y cálido homenaje a la comprometida, luminosa y apasionada vida de la periodista y escritora Laura Restrepo con el muy diciente nombre  Laura, vida y rebeldía. Fernando Vallejo charló con Mario Jursich sobre su hilarante, filoso y  quirúrgico Memorias de un hijueputa. Hijas de la revolución, el diálogo de las jóvenes escritoras Karina Sainz Borgo (venezolana), Wendy Guerra (cubana) y Laurence Debray -hija nada menos que de Regis Debray, compañero del Che Guevara y ministro de Mitterrand, y Elizabeth Burgos, biógrafa de Rigoberta Menchú, a quienes cuestiona con rudeza- resultó bastante lugar común y desangelado en el cometido de desnudar las utopías que las autoras consideran infierno, no obstante que, como dice, Sainz “las revoluciones siempre tienen algo de estropicio, de promesas incumplidas, de cosas que no fueron”.

León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares),  presentó el Retorno del uribismo del que resaltó la incidencia de las emociones en las determinaciones políticas en referencia a como el trato del gobierno de Duque a los partidos  que lo apoyaron para su elección marcó su distanciamiento (en particular a Gaviria del Liberal y a Vargas Lleras de Cambio Radical) y la preponderancia de Uribe y el Centro Democrático. A casi un año de mandato el analista arriesga tres escenarios para el novel presidente: corrige el rumbo, termina y elige sucesor, sigue al servicio de Uribe y le da paso a las fuerzas alternativas o el uribismo decepcionado lo cambia por la vicepresidente (aquí el público estalla en risas). Como invitada a la presentación, Ángela María Robledo no contuvo su inconformidad por el “trato tan duro” a Gustavo Petro en el libro, a lo que Valencia ripostó que admiraba al senador, que era  “un político espectacular” y “un gran vendedor de sueños”. Entonces Ángela le insinuó con picardía su fajardismo y el autor zanjó, “los analistas tenemos nuestro corazoncito pero siempre  tratamos de tomar distancia”.

Por su parte, el subdirector de Pares, Ariel Ávila, tras una bien manejada campaña de expectativa, aparte del merecido interés en la publicación, logró hacer una presentación con asistencia desbordada y entusiasmada -al mejor estilo de los youtubers estelares de la feria- de Detrás de la guerra, un documentado análisis del conflicto armado que le permite derrumbar mitos que prolongaron por años el sufrimiento y atraso del país, evidenciar no una sino múltiples guerras y advertir que como maldición a cada paz ha sobrevenido otra guerra por los factores no resueltos y los intereses en que sea así.

En una programación diaria inundada de eventos académicos de disímil calidad pero muy diversa, un conversatorio de especial interés fue el motivado por la presentación del libro de varios autores Contracorriente. Materiales para una teoría renovada del populismo, compilado por Luciana Cadahia y otros, de la Editorial Javeriana. En una profunda disertación apurada por el tiempo, la politóloga cuestionó el uso ideologizado, estigmatizador tergiversado e ignorante del término populismo por periodistas, opinadores, políticos de derecha y hasta docentes, para reivindicar una categoría política que da cuenta de los esfuerzos y luchas de los sectores subordinados por lograr una institucionalidad plebeya de cambio al establecimiento oligárquico gamonal imperante en América Latina, que si bien tiene carta de nacimiento por estos lugares ya cobra incidencia en Europa y el resto del mundo. El populismo de izquierda convoca la superación del concepto nación, hegemónico, clasista, dominante y excluyente, por el de lo nacional popular para integrar en condiciones de equidad social a los excluidos, con opciones de disputa del poder y ejercicio de gobierno para hacer realidad una  agenda social, económica y política postergada con distintos dispositivos de opresión. No faltó la mención al atentado contra Francia Márquez y los adalides afro, indígenas y campesinos del norte del Cauca, ocurrido ese día. Otra charla que llamó la atención fue la moderada por Juan Fernando Londoño con los autores en la presentación de El pueblo contra sí mismo: el plebiscito por la paz en Colombia y los límites de la democracia, editado por la Universidad Republicana.

Una amena charla de Lisandro Duque con Jaime Abello sobre la realización cinematográfica de Milagro en Roma, un cuento de García Márquez, le sirvió al director para soltar una irreverencia: la anécdota de Gabo sobre la trágica historia del manuscrito de Cien años de soledad, enviada a la editorial por mitades por falta de plata para el importe, fue una mentira candorosa, con mucha antelación alardeaba de su éxito. La música tampoco fue ajena al evento ni estuvo exenta de connotaciones políticas. Un evento de irreverentes y bohemios presentó un libro testimonial de homenaje a Gustavo creador del Goce pagano fallecido el año pasado, Santiago Rivas se divirtió y divirtió en un diálogo sobre la música en la historia nacional. Del sonido sabanero al sonido paisa, de Juan Sebastián Ochoa, Editorial Universidad Javeriana, un recorrido socio y musicológico de la onda corralera al chucu chucu en una época de violencia deja en el aire si se trató de una estrategia elusiva de la realidad o un refugio anímico ante el horror. Y sonó cumbia: en La cumbia como matriz sonora de Latinoamérica de Darío Blanco Arboleda, editado por Universidad de Antioquia, se aborda “el estudio de este género musical como una oportunidad de comprender las dinámicas y lógicas de una comunicación latinoamericana entre clases sociales populares, citadinas, pero de procedencia campesina en la producción, la recepción, la vivencia y la adaptación musical”. Sobre el mismo fenómeno se presentó el documental Los pasos de la cumbia del África a Colombia y de la costa nuestra a Latinoamérica.

La Independencia revisitada
Sin la vistosidad y amplitud con que se conmemoró el bicentenario del Grito de Independencia en la FilBo 2010, la celebración de los 200 años de la Batalla de Boyacá fue invitada de honor de esta edición 2019. Una réplica de una chichería de la época, una imprenta de tipos móviles de madera agrandados que permitía a los visitantes imprimir mensajes sobre las palabras clave de la efeméride, una exposición de textos de época que muestran el tránsito ideológico del lenguaje de la dominación a la emancipación y una librería temática sobre Colombia conformaron el Pabellón Colombia 200 años, que también albergó un foro permanente sobre arte, diversidad, cultura, conflicto, mujer, medio ambiente, paz e historia, en particular la revolución de Independencia en variados aspectos. En uno de los carteles expuestos con frases de la época se leía “No podemos pronunciar la palabra libertad sin ser insurgentes. (…) Hay un diccionario para la España europea y otro para España americana: en aquella (…) libertad e independencia son virtud; en esta insurrección y crimen”, Antonio Nariño.

El Bicentenario también fue tema de varias producciones editoriales presentadas en la feria, entre otras: la esperada, polémica y densa Historia de la Primera República de Colombia 1819-1831 “Decid Colombia y Colombia será de Armando Martínez Garnica, publicada por la Universidad del Rosario. Un ambicioso discurrir por un objetivo y su nacionalización e institucionalización, que el autor describe como la utopía, acotamiento y materialización de una ambición: de la desmedida patria grande continental, a la fracasada Gran  Colombia y de su disolución al triunfo de las ambiciones patrias de cada país surgido de la gesta bolivariana. Medófilo Medina y Rigoberto Rueda narran la saga épica y la relación y confluencia de las gestas del sur y el norte de los Andes en Bolívar y San Martín. La Independencia como proceso continental de Editorial Aurora que también público La Independencia jamás contada de Adolfo León Atehortúa. El joven y acreditado historiador Daniel Gutiérrez en 1819, editado por la Universidad Externado de Colombia e ilustrado por Santiago Guevara, hace un novedoso y ameno relato de la guerra libertadora. La Universidad del Rosario y el Banco de la República coeditan el importante estudio El  mundo atlántico español durante el siglo XVIII. Guerra y reformas borbónicas 1713-1796 de Allan Kuethe, antecedente fundamental para comprender la Independencia.

La resistencia de los pueblos del sur de la actual Colombia a las armas de la república  es abordada por Marcela Echeverri en Esclavos e indígenas realistas en la era de la Revolución, coedición Universidad de los Andes-Banco de la República. Las trastornadoras guerras civiles del siglo XIX, sus motivaciones, actores y la forma en que se acordó su terminación son estudiadas en un libro de autoría plural que cierra Iván Orozco Abad comparando esas paces con la última firmada con las Farc por el gobierno Santos.  Paz en la República. Colombia siglo XIX, de la Universidad Externado, nos subraya la eterna paradoja del país: pacta el fin de una guerra sobre el germen de la que viene y  no obstante, siempre está buscando la paz.