jueves, 23 de septiembre de 2010

Con el CCCP el pueblo al poder

La verdadera revolución va a empezar, la frase de combate escrita en reserva dorada sobre fondo rojo da paso a la gloriosa y emblemática estrella roja de cinco puntas que identifica al movimiento comunista y fue símbolo de los países socialistas de la “cortina de hierro”, con trasfondo coral marcial de la Rusia de los soviets, que proclama:

Estamos listos a encarar

Ni un paso hacia atrás

Alcemos fuerte nuestra voz

Los medios nuestros son

Una voz agitacional remata:

El pueblo tiene el poder

Únase al CCCP

De la estrella emerge el símbolo del CCCP: un megáfono dentro de un círculo que describe la sigla.

¡Ah, las marchas, los mítines, las chapolas! La emoción, camaradas, es indescriptible.

Realmente los compañeros del comité de agitación y propaganda sobrecumplieron sus metas al asimilar la sigla del XVI Congreso Colombiano de Comunicación Publicitaria (6 al 8 de octubre de 2010, Cartagena de Indias) con el acrónimo de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas por su nombre en ruso, que aquí maliciosamente se interpreta como “con Colombia casi perdemos”, por el 4 a 4 en Arica, en el mundial de fútbol de Chile en 1960.

A partir de ese “racional”, cuajó redondita la campaña publicitaria del evento, cuya finalidad es conquistar las mentes y los bolsillos de la gente en forma masiva para ponerlos a disposición del consumismo capitalista pasivo, con base en la simbología y el lenguaje austero y combativo de las agrupaciones insurgentes:

La Presidencia y Junta Directiva del congreso se llamarán “Coalición”

Los objetivos del evento: “El pueblo tiene el poder”

El programa: “Bitácora de ataque”

Los conferencistas y panelistas: “Activistas”

La inscripción al evento: “Enlistamiento”

Los stants o módulos de exhibición: “Espacios propagandistas”

El Hospedaje: “Acuartelamiento”

La ubicación del hotel: “Coordenadas de la base”

¡Son unos genios!

El congreso, según el colectivo de información, funcionará así:

El presidium y la coalición organizadora están integrados por los camaradas Julio Mario Santo Domingo, como Presidente Honorario, y Tulio Ángel Arbelaéz, como Presidente de la Junta Directiva, conformada por representantes de los combativos y consecuentes sectores de los dueños de la banca, la industria y el comercio; los periódicos y demás grandes medios y las agencias de publicidad. Es decir Anda, Ucep, Asomedios y Andiarios, siglas y siglas como gusta en la siempre dividida izquierda.

La presencia de estos connotados líderes populares pone de manifiesto que “El pueblo tiene el poder” por lo que “El tema central del XVI Congreso Colombiano de Comunicaciones Publicitarias se basa en el poder creciente que en la actualidad tienen las personas sobre los procesos mediáticos y de mercadeo, soportado por los sistemas abiertos y sencillos que proporcionan las nuevas tecnologías”.

En la ceremonia inaugural intervendrán los compañeros Julio Mario Santo Domingo, destacado en la emulación de voluntarios de la vanguardia de la revista teórica Forbes, Tulio Arbelaéz, a la cabeza del frente agitacional de anunciantes y Juan Luis Cebrián, Presidente Ejecutivo del Grupo Prisa de España, dueño de la radio cadena rebelde Caracol.

La Bitácora de ataque, estará comandada por compañeros probados en las luchas por imponer ideas y productos en la reticente mente proletaria y para que el débil cerebro menesteroso argumente con la razón de los que mandan, acepte con inteligente docilidad la prominencia de los que gobiernan y dé la orden liberadora de comprar lo innecesario.

También estará el compañero presidente Juan Manuel Santos, pequeño accionista de la Casa Editorial El Tiempo, cuyo socio mayor es el Grupo Planeta, también de España, país con gobierno socialista, por lo que hacemos parte de la Internacional Socialista. Disertarán sobre el principio marxista “A cada cual según su trabajo, a cada quien según sus necesidades”. Habrá canelazo por cuenta de El Tiempo, el Iskra (“La Chispa”) criollo.

En desarrollo de la bitácora, compañeros condecorados por su espíritu de combate y sacrificio por el pueblo, abordarán los distintos frentes de lucha en desarrollo de la presente campaña, en cuatro aspectos puntuales: “Hacer mejor lo que hacemos”, “Producir lo importante y lo popular”, “Conociendo a la gente” y “Creatividad para agarrar pueblo” (Sic).

Este último aspecto será objeto de un entrenamiento especial para “Un Día con el Pueblo”. “Taller de innovación sobre el consumidor de bajos ingresos. ¿Están las empresas, medios y agencias preparados para un “pueblo” 100% conectado? ¿Cuáles son los paradigmas que tenemos que cambiar para efectivamente hacer negocios con la base de la pirámide?” (s. del a.)

Por su carácter revolucionario y combativo este congreso no podía ser ajeno a la conmemoración del Día del Guerrillero Heroico, en homenaje a la muerte en combate del Comandante Ernesto Guevara en Bolivia, el 8 de octubre del año 1967, razón por la cual la sesión de clausura se realizará ese día.

Como todo encuentro de fraternidad revolucionaria y compromiso, con el fin de estrechar los lazos entre las distintas organizaciones y sus estructuras, habrá una velada de integración con fogatas, quema de odios, arrepentimiento por la burla a las masas y acuerdos de unidad; gracias a la solidaridad de El Espectador, Caracol Radio y los demás medios del grupo del camarada Santo Domingo. Se interpretarán temas como “Gracias a la vida que me ha dado tanto”, “La canción de las pequeñas cosas” y “Vagabundear”. Para la velada se recomienda llevar ushanka (“gorro ruso”), boina negra o kepis verde con la estrella de cinco puntas y chaqueta modelo Stalin o camisola tipo Mao.

La crónica del evento estará a cargo del compa Daniel Samper Ospina, columnista del semanario Semana. Habrá notas especiales del camarada Julio Sánchez Cristo quien también coordinará el concierto de la canción urgente y necesaria. En los espacios propagandísticos estarán la revista ideológica Soho con un especial sobre las ideas que el hombre siempre tiene en mente y Don Juan que aportará puntos de vista sobre los objetivos que nunca se pueden perder de vista.

Los compañeros organizadores recomiendan enlistarse con El Tiempo. El acuartelamiento será en cama franca y con olla comunitaria en el Hotel Cartagena Hilton para lo cual se señalan las coordenadas de la base.

¡Arriba el cinismo del mundo

de pie los creativos sin par

y se alcen las agencias que sin pudor

al pueblo van a conquistar!

Con razón Lipovetsky habla de la “era del vacío” y del “imperio de lo efímero”.

Más información: http://www.congresodepublicidad.com/index.htm

martes, 14 de septiembre de 2010

Fidel, la cornucopia y el socialismo cubano

La coincidencia de la exhibición en Colombia de la película El Cuerno de la abundancia - coproducción de Cuba y España-, dirigida por Juan Carlos Tabío y protagonizada por Jorge Perugorría, con la escandola internacional que se quiso crear a partir de la mala interpretación del periodista Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic, de una frase entresacada de una extensa entrevista al líder cubano Fidel Castro, ostensiblemente recuperado de una gravísima enfermedad intestinal que lo colocó al borde de la muerte -milagro producido por la medicina de la isla y el temple del paciente de 84 años-, ofrece la oportunidad de sopesar las dificultades cotidianas de los cubanos que refleja el film, frente a la vigencia del modelo económico, político y social imperante en la patria hermosa, acogedora y vital de Silvio Rodríguez, Omara Portuondo, Alicia Alonso, Pablo Armando Fernández, Roberto Fabelo, Frank Fernández, Juan Formell, Pablo Milanés, Chucho Valdés, por solo mencionar algunos nombres de esa pléyade rutilante que alumbra el mundo desde la más grande de las Antillas.

Tabío, en Fresa y Chocolate, hito del cine cubano, criticó desde adentro la discriminación y represión contra el homosexualismo en un largo tramo del régimen socialista -hecho que como su parte de responsabilidad, Fidel acaba de reconocer-, injusticias agresivamente confrontados en los últimos años con un aperturismo revolucionario liderado por la propia hija del actual Presidente Raúl castro. Ahora se centra en problemas acuciantes de la vida diaria como la escasez ya crónica de alimentos, ropa, electrodomésticos y otros bienes, algunos suntuarios o prescindibles en la actual situación, pero a diferencia de otras de sus obras, en ésta priman aspectos negativos del ser humano como el egoísmo, el engaño y la codicia.

Utiliza el cine para mostrar y urgir a través del humor de las exageraciones, mediante una comedia cofinanciada por el instituto estatal de cine y vista por miles de cubanos que aparte de reírse de esa caricatura social ven amplificados sus reclamos del día a día. Es la vocería que también representan las canciones de Carlos Varela y Frank Delgado. Tabío ya la había emprendido contra otras facetas incómodas en Plaff, Guantanamera y Lista de espera, como décadas atrás lo hicieran Gutiérrez Alea o Santiago Álvarez, en sus casos para fustigar aspectos heredados que obstaculizaban el avance del proceso revolucionario. Aunque la cinta no ha recibido el aplauso cerrado de la crítica es acreedora de una importante lista de reconocimientos que comenzaron en 2008 en los festivales de de Cartagena y del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

El cuerno de la abundancia

Una supuesta herencia de unas monjas depositada en un banco de Inglaterra en el siglo XVIII sirve de argumento para poner en escena los disparates que cometemos los seres humanos cuando la ambición o la ilusión le ganan la partida a la razón. Los Castiñeira de todas las ortografías serían los destinatarios del legado y la película cuenta las andanzas de los de Yaragüey donde Bernardito (Perugorría) lleva el eje narrativo. La Internet, de tan difícil acceso en Cuba, más que por censura, algo casi imposible, por razones técnicas, es el medio para que los aludidos entren en el juego tal como a diario lo hacen cientos de ilusos en todo el mundo, para al final, y como es común ante la crisis, anidar una nueva fantasía sobre el fracaso de la anterior. El guión recogió algunos episodios reales sucedidos en el período especial de los años 90 del siglo XX.

En la Cuba socialista de hoy desfilan el matrimonio que no se habla del jubilado fiel al régimen (“si quieren plata trabajen”) y su esposa indignada ante su conformismo y su intransigencia con un hijo gay que emigró; su hija separada y con hijos en busca de marido y zapatos nuevos para los niños; su hijo (Bernardito) y nuera con ganas de amarse siempre frustrada por la imposibilidad de intimidad y molestos con el mal hablar de su nieto, quienes para sobrevivir tras la frustración de la herencia activan la venta de tortas y pasteles que en otra época preparaba la repostería familiar El cuerno de la abundancia.

También hacen su parte, el idiota con el que una bella se quiere casar por interés y el dueño de tienda gruñón indignado que la pretende; el timador profesional y sin hígados, el merolico (comerciante inmoral y de lo ilegal); la señora con ínfulas aristocráticas y su hijo extravagante al que la mujer le pone los cuernos con Bernardito; los finos gays de la comisión nacional para la reclamación de la herencia; el cura que tras un donativo se acomoda y el registrador civil que también. Mucha algarabía, encueradas y zangoloteos, adulterios, ilegalidades, sobreactuaciones, risas, llanto, afecto y, como trasfondo y mensaje: el profundo malestar con las carencias y restricciones. Ya lo dijo Pambelé: “Es mejor ser rico que pobre”. Algo parecido afirmó Tabío en la premier en España.

Tengo, vamos a ver...

Tras cincuenta años de Revolución, la gente quiere más en un momento difícil que la obliga a defender lo básico alcanzado, que no es poco en las condiciones que se ha logrado: una existencia austera y de privaciones como aporte a la consolidación y avance del socialismo cubano, que seguramente habrá de someterse a ajustes y reformas para potenciar las fuerzas productivas, pero que ha permitido soñar la posibilidad de calidad de vida con satisfacción plena de las necesidades humanas básicas, participación deliberante y decisoria y apego a los más altos valores éticos.

La cubana es una sociedad con educación de calidad y universal hasta la universidad, el sistema de salud cubre a toda la población con servicios avanzados y de alta complejidad e índices recocidos por la OMS, se producen medicamentos y realizan tratamientos de altísima efectividad; se privilegia la investigación científica; la isla es un emporio cultural, deportivo, literario y musical; las personas de la tercera edad, la niñez y la juventud son de verdad una prioridad; el aborto es una decisión autónoma, los hijos de parejas separadas tienen la protección del Estado que también garantiza el empleo casi a todos y miles de médicos y maestros cubanos le entregan su saber solidariamente a millones de pobres en el mundo. No hay hambre ni violencia ni mendicidad ni indigencia, realidades que laceran las sociedades de todos los continentes.

Cuba ha logrado esto, no obstante las de limitaciones impuestas por la naturaleza como los demoledores huracanes y la escasez de recursos naturales; superando el golpe que significó la eclosión del socialismo real y enfrentando el bloqueo inclemente de Estados Unidos y sus socios europeos. También a pesar de decisiones obligadas por la dignidad y la supervivencia del proceso; los yerros de aprender haciendo, en algunos casos, el dogmatismo, en otros, y los errores y tendencias negativas que desde siempre ha fustigado Fidel, que se confrontan en forma recurrente: favoritismo, tráfico de influencias, holgazanería, desfalcos, amiguismo, privilegios, paternalismo, incumplimiento laboral, nóminas excesivas.

A lo que se suma la indudable repercusión de la globalización, determinante en un país que en buena parte se sostiene del turismo; los efectos del consumismo, la moda y el individualismo, todo lo que, de no ser por la frescura caribeña, la formación ideológica y política y la apuesta vigente en la validez de su opción por el pueblo, ya habría logrado lo que no han podido las históricas agresiones estadounidenses.

Evolución en la Revolución

El contrapunto se conoce ampliamente gracias a los grandes medios de comunicación: las bellas ciudades y pueblos lucen abandonados por la salinidad y la falta de plata para restaurar y pintar; se tienen los médicos pero los tendidos están raídos; hay comida pero racionada y poco variada; el transporte es escaso, deficiente y agobiante; cuando se ahorra algo de dinero no hay oferta de lo que se quiere; los profesionales deben ocuparse en cualquier cosa; hay privilegios obligados a algunos sectores que chocan; sobran un millón de asalariados; la mayor parte de los autos y electrodomésticos son carcamales anteriores a la Revolución en funcionamiento gracias al ingenio popular; casi todo se importa y la mayoría de las veces escasea.

De manera subterránea fluye la satisfacción a aquellos caprichos, gustos y necesidades cuya solución siempre se ha aplazado, gracias a los dólares enviados desde la “Yuma” (EE.UU.) y las fulas (dinero) obtenidas con la venta ilegal, el peculado, la falsificación, la prostitución (jineterismo) y el tráfico clandestino; los que no aguantan más desafían el mar en busca del “sueño americano” a costa de sus propias vidas. La permisividad se explica por razones de bulto pero todo esto erosiona principios fuertes y cuestiona el modelo.

En la entrevista a Fidel citada al comienzo, el dirigente, según aclaró luego de que la frase le diera la vuelta al mundo y fuera editorializada como su reconocimiento del fracaso o la puerta abierta para que Raúl inicie reformas urgentes, a la pregunta sobre si el modelo era exportable, respondió con ironía que: “el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros”. Desde luego se refería a todo lo que muestra la película de Tabío y más. Hace poco lo dijo también Silvio Rodríguez en una canción con el juego de suprimir la ere a revolución para pedir evolución.

Pero la aclaración de Fidel fue más radical: “Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis, que son cada vez más graves, globales y repetidas, de las cuales no puede escapar. Cómo podría servir semejante sistema para un país socialista como Cuba”. La satisfacción de las necesidades complementarias y el mejoramiento de las vitales de los Castiñeira de Yaragüey y de toda Cuba, depende de que el modelo cubano supere sus trabas y defectos y alcance un nivel superior de desarrollo y del cese del bloqueo, no del mítico cuerno de la abundancia.

martes, 31 de agosto de 2010

Fiesta del libro en el Bicentenario

Dice el saber popular que la gente habla de la feria según como le va en ella. Por eso si el éxito de la Feria del Libro de Bogotá en su edición 23, dedicada al Bicentenario de la Independencia, se aprecia en los rostros, las conversaciones y las compras de los asistentes, un poco afectadas por la crisis en los bolsillos y el alto costo de los libros, diríamos que nos fue bien. Una gran parte del público que asiste a la feria son estudiantes de primaria y bachillerato, que de esa manera se familiarizan con los libros y disfrutan, como los demás presentes, de eventos culturales, charlas, debates y conferencias de interesantísimo valor en diversas áreas del saber, novedades literarias, temas de actualidad y tendencias del pensamiento universal. En esta ocasión el público tuvo la oportunidad de profundizar en cambios tan trascendentales como el tratado en el Primer Encuentro y Muestra del Libro Digital, con invitados de la talla de Francis Pisani, aventajado del periodismo tecnológico y Bob Stein, conocido como el “gurú de la escritura electrónica”.

Espacio pletórico de ideas y de letras

Un plato fuerte fue la presencia de Gilles Lipovetsky y el coloquio que se desarrolló en torno de su obra. En una soberbia conferencia de instalación, el francés, conocido como el sociólogo crítico de la posmodernidad, hizo un pormenorizado análisis de la era y las implicaciones que sus factores predominantes (la globalización, el mercado, el consumo, la tecnología e Internet) tienen para la sociedad. Ante la constatación angustiosa de que hoy vivimos y morimos por tener más para un disfrute efímero ante el imperio de las modas sin alternativa alguna pues “el consumo es la utopía de la felicidad al instante”, Lipovetsky urge la profundización de la democracia liberal mediante la participación ciudadana y el fortalecimiento de la cultura local como una forma de insertarse con algo propio en la mundialización y a la vez salvarse del holocausto de la uniformidad. Fracasadas las convocatorias universales el reto es hacer realidad las luchas por los intereses de los grupos sociales que nos son comunes.

Se realizó el Encuentro Internacional de Escritores con la presencia, por solo señalar algunos, de la franco-española Catherine Millet, de moda con su novela sin tapujos sobre el adulterio; los argentinos Marcelo Birmajer, Carlos Pellicer y María Teresa Andruetto; los estadounidenses Laurence Prescott, experto en la poesía de Artel y Obeso, y Sarah Jane Stratford que en La Guardia de la medianoche puso a los vampiros a cazar a los nazis; los literatos Jaume Vallcorba (catalán) y Graciela Maglia (argentina), el poeta mexicano Homero Aridjis. También el Encuentro Internacional de Periodistas y actualidad: Periodismo de opinión, con invitados Como Jean Francois Fogel y Sergio Muñoz Bata. Además hubo recitales de poesía con nutrida presencia internacional, conversatorios en homenaje a Carlos Monsivais y José Saramago y decenas de actividades alrededor del Bicentenario desarrolladas en el gigantesco pabellón dedicado a la efeméride.

No se pueden pasar por alto los numerosos lanzamientos de libros y publicaciones. Entre tantos, unos pocos que tuve la dicha de presenciar: Objetivo 4, episodios investigativos de la inteligencia policial de la magnifica pluma del escritor y periodista Germán Castro Caycedo, quien comentaba emocionado la dicha de los cambios de la cintilla para anunciar una nueva edición del libro, alcanzando la cuarta antes de finalizar el evento, con cerca de 40 mil ejemplares vendidos. El país de las mujeres, la divertida osadía del Partido de la Izquierda Erótica gobernando Faguas, una utópica democracia femenil, de la siempre hermosa Gioconda Belli, obra ganadora del premio La Otra Orilla de Norma, entregado con la sorpresiva presencia de la autora quien calificó su novela como “engendro de la felicidad”.

Las profecías mayas, de Germán Puerta y Arturo Ospina, fue presentado con una entretenida charla al alimón con notas relevantes sobre esa importante civilización, la refutación científica a los mercachifles apocalípticos y la convocatoria a replantear las conductas depredadoras con las que de verdad vamos a acabar con el planeta. El Club de los lagartos, la compilación de columnas satíricas de Daniel Samper Ospina, lanzada en una divertida conversación del autor con Gustavo Gómez, sobre lobos, sapos, osos, burros, serpientes y lagartos que habitan la geografía política de nuestro amado país. La majestad de los pueblos en la Nueva Granada y Venezuela 1780-1812 de María T. Calderón y Clement Thibaud, sobre el que disertó críticamente Mauricio García Villegas señalando innovaciones y limitaciones en el enfoque sobre las representaciones simbólicas. Y En busca de Bolívar, el hermoso ensayo de William Ospina con un Bolívar libertario, humano y trascendente en sus justas proporciones, ni el conservador de los conservadores ni el socialista de algunos marxistas.

Y refundaron la República

Capítulo aparte constituyó la mesa redonda para la presentación del libro Y refundaron la República, que recoge las investigaciones de varias instituciones independientes sobre la toma narcoparamilitaroterrateniente del poder en Colombia en el período reciente. Darío Arizmendi fungió como moderador interrogador. Claudia Lopez, con sus frases siempre chispeantes sintetizó las conclusiones: “Es cierto que hace tiempo la delincuencia había infiltrado el DAS pero nunca había puesto al director” y “Mucho va de la incidencia paramilitar en la alcaldía de un pueblo a tenerla en el Palacio de Nariño”. Mauricio García comentó el capítulo que demuestra como el crimen se sirvió de la legislación y del aparato judicial. Elizabeth Ungar, apurada por Arizmendi a cuantificar porcentualmente la presencia “para” en el nuevo Congreso, dubitativamente afirmó que de pronto un 20% por interpuestas personas pero que la gravedad del asunto está en el solo hecho de existir. El politólogo y docente Francisco Gutierrez Sanín, refutó las afirmaciones del Gobierno Uribe sobre sus logros con relación al paramilitarismo, pues si bien logró su desmovilización -hoy parcial por el surgimiento de nuevos grupos- a expensas de una ley de justicia y paz laxa, se sirvió de los políticos aliados y de la corrupción.

Como comentarista, Armando Montenegro, hizo un interesante análisis sobre los modelos teóricos utilizados en la investigación para cuestionar su pertinencia y refiriendo cuatro casos de captura del poder por la delincuencia, precisó la particularidad e imposibilidad de réplica de cada situación: el justiciero del oeste americano violando la ley para imponer la ley, la mafia siciliana, la eliminación de la SSA en la “noche de los cuchillos largos” por Hitler para limpiarse el camino y la historia de los “pájaros”, ejemplificada por León María Lozano “El Cóndor” en la Violencia de los 50 en Colombia. En todos los casos para poner de presente que la lealtad es un valor relativo en el mundo del crimen y la ilegalidad. Desde su posición, sin embargo, Montenegro, aunque acepta la existencia del fenómeno, se resiste a aceptar que en la trama mafiosa de captura del Estado haya estado incluido el presidente y con gestos mostró su asombro cuando alguno de los participantes lo afirmó.

León Valencia resaltó la importancia de haber asumido hace varios años la investigación con seriedad, peso académico y afán de divulgación. Contó como esas pesquisas le sirvieron de base a la Corte Suprema para iniciar la judicilización de la parapolítica y jocosamente la manera como el expresidente Uribe, en pleno consejo de ministros y con el altavoz activado, lo llamó iracundo para reclamarle por las aseveraciones del primer libro publicado. El presidente encargado de la Corte Suprema de Justicia Jaime Arrubla, animado por el apoyo de un público que le brindó prolongados aplausos, hizo contundentes afirmaciones, que pasaron inadvertidas para los medios. Sostuvo que el gobierno quiso doblarle el pescuezo a la ley para calificar a los paramilitares como delincuentes políticos aumentando los beneficios para su desmovilización, que hizo varios intentos por sacarla del camino mediante proyectos reformatorios, que propició todo tipo de presiones y que al extraditar a los jefes paramilitares quiso quitarle la “materia prima” al proceso judicial cuyo objetivo es que se descubra la verdad de lo acontecido.

En forma injusta Valencia volvió a decir despectivamente que no estaban haciendo libros para que se quedaran en los anaqueles y que no entendía porque nadie había asumido antes le denuncia sobre el fenómeno, afirmaciones que hicieron fruncir el seño y protestar entre dientes, al prologuista, el politólogo y docente Francisco Gutiérrez. León no puede desconocer que investigadores como Darío Betancur (asesinado) Carlos Medina y Germán Palacios, el IEPRI de la Universidad Nacional, organizaciones de derechos humanos y de abogados, revistas alternativas ya desaparecidas, durante casi una década investigaron, documentaron y denunciaron la sangría, sus entornos, sus intereses y sus responsables. No hubo eco, la alerta fue marginada y estigmatizada, el establecimiento alzó los hombros mientras las autodefensas le quitaban el “agua al pez” y de paso masacraban miles de personas en campos y ciudades. Después de que cumplieron su misión histórica, como afirmó en un lapsus Luis Carlos Restrepo, ex-comisionado de paz, y en curso los arreglos para su desmovilización, lo que antes era rumor infundado, tramas de los idiotas útiles o casos aislados tuvo oportunidad de salir a la luz, se permitió la audacia de las ong´s y los micrófonos se abrieron. Pero aún así las presiones de todo tipo siguen acechando. Desde luego que esta crítica para nada demerita los aportes que conforman el libro que indudablemente ayudan a clarificar uno de los periodos más aciagos de la historia del país.

Gardeazábal censor

En su estilo prepotente y sabelotodo, el 24 de agosto en uno de sus comentarios en La Luciérnaga, el comentarista Gustavo Álvarez Gardeazábal se despachó contra la Feria Internacional del Libro, dictaminando su fracaso y sentenciando que si no se reestructura -no dijo en qué - es mejor que se acabe. Las directivas de la Cámara de Comercio de Bogotá y de la Cámara Colombiana del Libro, si bien reconocieron una baja en las ventas al detal, informan sobre la sostenibilidad de la asistencia y las positivas perspectivas en los negocios al por mayor y de exportación. Unas cuatrocientas mil personas asistieron a Corferias durante los 12 días del evento, cifra muy similar a la de agosto del año pasado. Todo esto no obstante las repercusiones de la crisis internacional. Buscando fortalecerla, el próximo año la feria vuelve a abril.

La descalificación es injusta y desproporcionada, puesto que caben críticas apuntando a su consolidación pero es inaudito vociferar desconociendo la calidad del evento cultural que cada año congrega a escritores, lectores, editores, representantes literarios, industria editorial toda y público en general, enriqueciendo las letras, la cultura y promoviendo la lectura en un país que ni siquiera ha logrado superar el analfabetismo; desconociendo el esfuerzo y midiéndolo únicamente con el mezquino el rasero mercantil. Por lo dicho parece que a Álvarez Gardeazábal le informaron mal sobre la feria; volvió a caer en la trampa de hacer eco vocinglero de comunicados de prensa propagandísticos sin investigar ni profundizar, de nuevo la arrogancia cegó el buen juicio y se ensañó con sus sentencias desmedidas. Es grave que un comentarista radial tenga para el público la aureola de palabra de dios. Parece que a Gardis no le fue bien en la feria. Ojalá asista a la próxima.

sábado, 14 de agosto de 2010

Las batallas de Apolinar Díaz-Callejas

El 12 de agosto de 2010 en el quirófano, Apolinar Díaz Callejas dio su última batalla. Su cuerpo y su cerebro infatigables, gastados por 89 años recién cumplidos de agitada existencia, desde que vio la luz en Palmitos y vivió la niñez en Colosó (hoy departamento de Sucre), se apagaron. Su parábola vital trascurrió con la historia de Colombia durante casi todo el siglo XX, en algunas de cuyas páginas está presente por su pasión intelectual, su brega política, su actitud revolucionaria, su valor civil, su compromiso incansable y su temple. Al lado de Gerardo Molina, Diego Montaña Cuéllar, Orlando Fals Borda, Antonio García Nossa, Eduardo Umaña Luna, Jorge Regueros, Alfredo Vásquez Carrizosa y tantos otros grandes, hace parte de la legión de pioneros que nos legó su compromiso con las luchas sociales, políticas, ideológicas e intelectuales que se han dado en nuestro país en busca del cambio social, el respeto de los derechos humanos, la paz y la soberanía de los pueblos.

Su existir fue de batallas. Al comienzo contra la pobreza que lo llevó en la vida universitaria a grandes sacrificios y privaciones pero también a demostrar su tenacidad para sobreponerse a la adversidad y por sobre esas carencias pelearse el sueño de ser alguien. También por las causas de la humanidad que hizo suyas desde muy joven en Barranquilla y Cartagena como estudiante y con el grado de abogado recién obtenido, en sus primeras diligencias para liberar líderes del sindicalismo petrolero, campesinos alebrestados contra los tragatierras y deudores pobres encarcelados.

En esas andaba cuando el 9 de abril de 1948 asesinaron a Gaitán y el levantamiento popular lo encontró en Barrancabermeja en una nueva batalla donde los trabajadores petroleros y el pueblo liberal se insurreccionaron y lo designaron miembro de la junta revolucionaria, al lado de Gonzalo Buenahora, Arturo Restrepo, Vesga Villamizar y Rafael Rangel Gómez -quien luego se enguerrillaría-, junta que conformó una guardia rebelde, ordenó despojar de armas a la policía y fabricar cañones para la defensa, garantizó el abastecimiento, confiscó el aguardiente y organizó al pueblo para la resistencia. Tras sostenerse solos luego de que movimientos similares claudicaran, ante las promesas de no retaliación y la avanzada militar contra el centro petrolero, negociaron el cese del alzamiento, pero fueron detenidos en Bucaramanga y condenados por un consejo verbal de guerra para luego ser liberados por la presión popular. El episodio quedó impreso en los anales de las gestas populares y en su libro Diez días de poder popular en Barranca.

En adelante no se libró de carcelazos, represión, enemigos y persecución por sus ideas, perseverancia y batallas en la época de La Violencia liberal-conservadora y la dictadura. Fue promotor de una reforma agraria radical e integral para resolver el atraso, la violencia y la pobreza en el cambio colombiano, tarea aplazada desde la Independencia, de la que estamos conmemorando 200 años. Dados sus antecedentes de avanzada en el tema y cercanía al campesinado, el presidente Lleras Restrepo (1966-1970) lo nombró gobernador del recién creado Departamento de Sucre para que impulsara la reforma del sector y la organización de los usuarios campesinos. Luego de algunas invasiones de tierras y de la legalización de títulos a los labriegos, la presión de terratenientes y políticos obligó a Lleras a sacarlo de la gobernación y nombrarlo Viceministro de Agricultura, que le permitió ocupar el ministerio por encargo, pero la falta de respaldo y su aspiración de darles la batalla a los grandes propietarios en el Congreso cerró esa página de su vida.

En 1970 llegó al Senado de la República por un sector progresista del liberalismo y se hizo sentir por sus intervenciones elocuentes, comprometidas y valientes denunciando la reversión de los avances agrarios por el Gobierno de Pastrana Borrero, defendiendo las luchas de indígenas, obreros y campesinos, fustigando la injusticia como causal de la violencia y la pobreza, señalando culpables de la masacre de Vitoncó, planteando soluciones para la región de La Mojana (Sucre), de lo que dan cuenta sus libros De la Constituyente y otros temas, Del agua y el hombre, Nuestro reto y Sobre La Mojana.

Todavía se recuerda de su paso por el Congreso sus discursos vibrantes, enérgicos y compungidos a favor del gobierno socialista de Salvador Allende en Chile, contra el golpe militar yanqui pinochetista y en reclamo del respeto a los derechos humanos de los chilenos y extranjeros víctimas de la dictadura. Desde entonces la causa libertaria de los pueblos y el respeto de los derechos humanos fueron su causa. Se convirtió en constante crítico de la progresiva militarización del país y la imposición de la seguridad nacional que abriría ese período de terrorismo paraestatal que aún no se ha cerrado.

De una prolongada invitación por los países de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas vio la luz el libro de crónicas Del amazonas al Lena, editado por Progreso de Moscú que también le publicaría Reagan contra la paz y, en concurso con el filósofo jesuita estadounidense Richard McSorley y el historiador armenio Sergó Mikoyán, Problemas globales y América Latina, poco antes de colapsar la URSS, de cuyo régimen lamentó la falta de libertades aunque siempre admiró la valentía y sacrificio de los soviéticos para detener la infernal máquina de guerra de Hitler en Stalingrado.

Acompañó con entusiasmo y solidaridad las luchas de los sandinistas y demás revolucionarios centroamericanos y caribeños contra rancias y criminales dictaduras y satrapías. Participó como invitado por la ONU en la Conferencia Internacional para la Paz en el Medio Oriente. Fue fundador del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos de Colombia, de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos, miembro de la Comisión Andina de Juristas, de la Asociación Internacional de Juristas Demócratas y el Consejo Mundial por la Paz, participante de la Internacional Socialista (IS), la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (Copppal) y articulista de Nueva Sociedad.

Siempre tuvo palabras de reconocimiento y aliento para la Revolución Cubana y condenó el bloqueo gringo a la isla. Fue invitado especial a las conmemoraciones del 26 de Julio y al Encuentro Internacional contra la Deuda Externa y cumplió su deseo de conversar coloquialmente con Fidel. Promovió con optimismo la iniciativa del Grupo de Contadora que integraron varios países de la región en la búsqueda de una paz con soberanía y democracia en Centroamérica, asfixiada por la injerencia terrorista de los gobiernos estadounidenses de Reagan y Bush padre que, a pesar de los tropiezos, años después daría frutos, coyuntura que describió en Contadora: desafío al imperio.

Luego de una amplia investigación en su muy completa biblioteca, los archivos nacionales y apoyos en los del Congreso e instituciones de los Estados Unidos, escribió Colombia-Estados Unidos. Entre la Autonomía y la Subordinación. De la Independencia a Panamá, finalista del Premio Planeta de Historia en 1996, publicada por esa misma editorial al año siguiente, y con la disertación El lema respice polum y la subordinación en las relaciones con Estados Unidos, obtuvo su aceptación como miembro de número de la Academia Colombiana de Historia, distinción que ya había merecido de la Academia de Historia de Cartagena de Indias. Recibió también la Orden del Congreso de Colombia, en el grado de Gran Cruz por sus aportes a la democracia, la paz y los derechos humanos.

En 2002, la Universidad de Cartagena le publicó Colombia y la reforma agraria: documentos fundamentales, indispensable para comprender el drama rural colombiano y la evolución de las ideas, prácticas e instituciones en la materia desde la Colonia, y en una perspectiva práctica de la reforma agraria, razón de una de sus más constantes batallas, escribió La Reforma Agraria en Colombia, Venezuela y Brasil. Nuestra costa caribe y el problema agrario. Luego publicó una bella antología sobre Colosó, su pueblo y varios ensayos sobre las perspectivas para América Latina en el Siglo XXI, la historia de las relaciones de Colombia y Cuba, la hegemonía estadounidense y la globalización.

Conocí a Apolinar a comienzos de los años 80 del siglo pasado, nos juntamos en tareas solidarias con las causas de los pueblos latinoamericanos; interminables charlas incentivaron en mí la lectura, el gusto por la historia, el interés por la política y me brindaron la posibilidad de tratar personalidades latinoamericanas de gran valía. Lo apoyé en varios de sus libros con sugerencias, lecturas críticas y apuntes de estilo. Hablábamos casi a diario sobre historia, política y la vida. En los últimos años celebramos los cambios en América Latina y lamentábamos el engaño que vivía Colombia cuando la hicieron creer que estaba gobernada por un ser divino. Me enorgullezco de haber sido su amigo.

martes, 20 de julio de 2010

Agualongo. Pasto también fue patriota

El desconocimiento de la historia de inconformidad, rebeldía y lucha por sus derechos y la incomprendida fidelidad a la corona española, cuya página cimera fue la tenaz resistencia a las tropas libertadoras por las huestes lideradas por Agustín Agualongo, le significó a los pastusos - gentilicio que se ha hecho común para denominar a todos los nariñenses- la lamentable, discriminatoria y mezquina caracterización de reaccionarios, rezanderos, tontos e ingenuos.

El orgullo regional, los imaginarios y mitos fundadores de los pastusos y el desafecto y la desconfianza sembrados por los extraños a la región, por una parte, y la historiografía tradicional, patriotera y casuística y la arrogancia centralista, por la otra, impedían, y aún dificultan a muchos, ahondar en las causas explicativas de esos episodios de nuestra Independencia en el departamento de Nariño, la oposición a la República y la lealtad hacia la Corona, de una manera comprensiva y desperjuiciada.

Solo ubicando estos hechos en contexto, en un análisis dialéctico, la conducta de los pastusos en determinadas situaciones encontrará una explicación objetiva, porque la visión generalizadora y etiquetada que se ha empleado ha conducido a una ceguera tal que se ignoran episodios autonomistas, reivindicativos y emancipadores que contradicen los señalamientos insidiosos y trascienden en las gestas nacionales, algunos de los cuales reseñé en mi libro “Nariño. Pueblo rebelde y bravío” como:

Los Comuneros del Sur, el precursor Gonzalo Rodríguez, quien el siglo XVI ya clamaba por la Independencia, el notable patriota ipialeño Francisco Sarasty y la Declaración de Independencia de Ipiales (21.IX.1810), la insurrección de Iscuandé (4.XI.1810), las Junta Patriótica de Pasto (13.X.1811); las pastusas Domitila Sarasty, Dominga Burbano, Luisa Góngora y Andrea Velasco, las primeras heroínas y la ipialeña Josefina Obando, la última mártir de la patria.

El realismo pastuso obedeció, en gran medida, a la defensa de un statu quo de relativa autonomía de gobierno, independencia frente a Quito y Santafé, una sui géneris alianza de clases orgullosamente hispanistas, monarquistas y católicas, aislamiento en un entorno geográfico agreste, ignorancia generalizada, obediencia y resignación como designio divino, dogmas para un pueblo en el que la doctrina de la fe fue exitosamente inoculada. Una pobre dinámica económica y una vida social gris hacían la vida llevadera en el atraso. Todo ello se vio amenazado por la rebelión antimonárquica que presagiaba incertidumbres e infortunios, luego dolorosamente corroborados con la crueldad, la arrogancia y las injusticias con que se les llevó poco a poco al republicanismo. La historia enseña que una imposición siempre será motivo de rebeldía, así su justificación sea la emancipación o la revolución.

En Pasto y en Nariño se le profesa afecto y admiración a Agustín Agualongo por su entereza, coraje, bravura, fidelidad a unos ideales, símbolos y amos y respeto de la palabra empeñada, la mayoría virtudes venidas a menos en estos tiempos en que en forma tan vana se evoca a la patria para legitimar cualquier capricho, retroceso o desvarío. Es un homenaje justo exaltar y cultivar esos valores positivos comportados por un coterráneo, pero no se debe olvidar nunca el anacronismo de su causa. Agualongo fue un realista criollo, como los hubo a lo largo y ancho de las colonias españolas, a los que hoy exaltan ultra-conservadores nostálgicos que denuestan de la Independencia y glorifican la monarquía con argumentos amañados.

En esta época de celebraciones bicentenarias, se debe recordar con el debido mérito a quienes desde las tierras del sur del país aportaron sacrificio y convicción a la causa libertaria. Hechos y personajes desconocidos por la mayoría de los colombianos, a veces ocultados para validar sandeces interesadas en buscar malos y tontos, y poco reivindicados por sus propios herederos, en buena parte de los cuales todavía priman el repudio y el rencor contra Bolívar, Sucre y el Ejército Libertador y una desmesurada idolatría por el porfiado Agualongo, no sin causa pues la carnicería que cometieron aquellos para someter a Pasto es una página triste, amarga y vergonzosa. A lo que se suma el trato recibido en estos 200 años de parte de los gobernantes del país y de muchos de sus compatriotas: abandono, discriminación y burla estúpida.

Hay también lamentables equívocos y confusiones provocadas por el afán de generar símbolos en la lucha política. Baste recordar que el Movimiento 19 de Abril, organización insurgente fundada bajo el ideario bolivariano -en demostración de lo cual sustrajo la espada del libertador de la Quinta de Bolívar- promovió, en un gesto proselitista emotivo hacia el sur, pero contradictorio, la sustracción de los restos de Agualongo de la iglesia de Popayán donde reposaban. El caso es insólito y único en el mundo: dos bandos y dos rivales irreconciliables fundidos en la misma bandera.

Luego de firmar la paz en 1989, el actual Gobernador de Nariño, Antonio Navarro W., miembro de ese grupo, entregó la espada del Libertador de América y llevó los huesos del General de Brigada del Rey Fernando VII a Pasto. El 15 de julio de 2010, promovió la conmemoración del Bicentenario de la Independencia con una misa campal a los restos, trasladados desde el templo de San Juan Bautista a la Plaza de Nariño. La ceremonia, impartida por el obispo de la ciudad, convocó a miles de pastusos bajo el lema “Por nuestra tierra ¡Agualongo vive!”. Navarro dijo que también había que conmemorar a los vencidos. Igualmente hay también la iniciativa de reemplazar en la plaza la estatua del precursor Antonio Nariño por una del mestizo realista. En 1925, el erudito pastuso José Rafael Sañudo hizo pedazos la imagen heroica de Bolívar para cuyo propósito no se midió en conjeturas y excesos. En las calles de la ciudad todavía se escuchan diatribas contra el Libertador y la Cátedra Nariño en las escuelas refleja estas antinomias.

El debate sigue abierto, pero no se puede seguir cultivando distorsiones y ahondando la distancia de esta región con el país por la vía de una interpretación histórica radicalizada por los dolorosos recuerdos del pasado y los desaires del presente. Pasto (Nariño) tiene muchos hitos para reconocerse y ser reconocido como protagonista refulgente de la historia patria. No se puede olvidar que al fragor del sable y la sangre de los patriotas, muchos de ellos valientes pastusos, tuquerreños, cumbaleños, iscuande, barbacoanos, tumaqueños (nariñenses), en Bomboná, en los alrededores de Pasto, se dio la última batalla de la guerra por la Independencia y que con pastusos, en Pichincha, Junín y Ayacucho, al son de La Guaneña, triunfó la epopeya libertaria. Sin esas páginas otra sería la historia de Pasto, de Nariño, de Colombia y de los Andes bolivarianos.

sábado, 29 de mayo de 2010

Apabullante continuismo y expectativa verde

Cabalgando en la magia de las estrategias de opinión, la manipulación publicitaria, el clientelismo y la realidad virtual de las encuestas, en las que el Presidente Uribe mantiene un incomprensible nivel de aceptación pública al que parece no hacerle mella el desbarajuste institucional, las trapisondas palaciegas, el desempleo, la persistente pobreza e indigencia, las abismales desigualdades sociales y el preocupante déficit fiscal ahondado por el asistencialismo paternalista, Juan Manuel Santos se impuso sobrado en la primera vuelta presidencial del pasado 30 de mayo y parece seguro ganador en la segunda vuelta, el 20 de junio. Una parte importante de los electores gratifica favores aunque carezca de derechos, se amedrenta con supuestas hecatombes, da fervorosas demostraciones de afecto por el caudillo y sus políticas, perdona lo imperdonable, y ratifica el respaldo a la continuidad del rumbo. Pese a todo, gana y manda el que tenga los votos.

El susto con Mockus se asume conjurado y ahora se pueden lanzar los salvavidas necesarios para intentar sacar de líos a tanto amigo tras las rejas, reversar procesos y evitar que muchos otros terminen judicializados, porque varios casos en curso (Yidispolítica, Dasgate, ejecuciones extrajudiciales, manejos para los referendo reeleccionista y rereeleccionista, mal uso de Agro Ingreso Seguro) ya no esperan la prueba reina sino los actores determinadores. En esta situación, una Fiscalía adscrita a la Presidencia -tal la propone Santos- sería como un vasito de agua en desierto del Sahara. Y a la Corte Suprema le tocará demostrar que su firmeza va más allá de pararle al macho a las agresiones de Uribe al no poder controlarla. Es evidente que el “profe” lanzó una alerta cuestionando el cómo se están haciendo las cosas, es decir, el arrogante todo vale y el cinismo de que el fin justifica los medios.

Antanas sedujo. En medio de este marasmo su propuesta por la ética, la cultura ciudadana, la democracia deliberativa, el actuar de consuno con las leyes, la educación como factor de desarrollo, es balsámica. Por ello, intelectuales y artistas y el elector de opinión viraron de su apoyo al Polo, representado hace cuatro años por la vigorosa campaña de Carlos Gaviria Díaz, un programa real de cambio de rumbo, por la rectificación en la ruta de Mockus, que se percibe más posible y menos costosa. Además atrajo a la ola de los “primivotantes” pues es el más sintonizado con las modernas tecnologías, las suspicacias de la acción comunicativa y con una juventud harta de escándalos, politiquería e hipocresía. Pero la ola verde a la hora de las urnas no fue lo que se preveía y dejó traslucir debilidades y evidenció argumentos de poco recibo en el campo oposicionista que se suponía era su bastión. La maquinaria uribista a todo vapor por Santos mostró su poderío pacientemente simulado ante los debates y las apariencias de las encuestas, la ONG Global Exchange ha identificado la coincidencia de los electorados oficialistas con las zonas beneficiarias de programas como Familias en Acción y es que no se necesita presionar directamente, el pobre es agradecido.

Ambigüedades e incertidumbres

Hay incoherencias, contradicciones y errores que denotan desconocimiento, inexperiencia e ingenuidad, en las cuales no hubiera caído un político mañoso, y que el día de elecciones le pasaron la cuenta de cobro; un fetichismo por la norma que fue fundamento de regímenes autoritarios; varios de sus aliados se han dejado en tercera fila porque el cuestionamiento ético y los procesos disciplinarios o judiciales también los tocan y eso es muy feo para quien hondea la “legalidad democrática”, y una autopropalada y pretenciosa aureola angelical de los cuatro exalcaldes ahora verdes, que procura excluir sus gestiones de cualquier cuestionamiento y sería torvo pasar de agache por moda frente a errores, desaciertos y silencios de los que seguimos padeciendo sus efectos.

Da grima que en un Estado laico, con libertad de cultos, por conveniencia electoral, el candidato verde, quien defiende la majestad constitucional, salga a dar pruebas de fe católica cuando es conocido su agnosticismo. Eso se entiende en Uribe y Santos, politeístas a interés: se hacen bautizar en iglesias evangélicas, se hacen rezar de taitas, se hacen asegurar de mamos y le besan el anillo a Monseñor Rubiano. ¡Que circo! Fatal también la afirmación de Mockus en algún debate, en contravía de la conclusión que las ciencias sociales han validado, de que sostener que la injusticia social es generadora de violencia es justificar el terrorismo. Para corregir ese exabrupto le bastaría revisar las encíclicas papales.

De otra parte, si bien la Corte Constitucional , aunque no por la sustancia, declaro inconstitucional la ley de convocatoria al referendo para la cadena perpetua a violadores de menores, Mockus sumó ese supuesto activo del peñalosismo, gancho sensible que le granjeó a su promotora la mayor votación al Senado, sin fijar una posición al respecto, en un tema indudablemente controversial, que no atiende a una concepción jurídica integral, universal, neutral, rehabilitadora y garantista, sino a la emotividad vindicativa que el establecimiento no apoyaría, por ejemplo, en los procesos que encaran los paramilitares desmovilizados. Mockus nos quedó debiendo cuál es su concepción sobre la justicia judicial, porque el problema va más allá de eficiencia, descongestión, acceso y pedagogía. Por ejemplo: el nuevo sistema penal es un monumento a la impunidad. El asunto es conceptual.

Respecto del plan económico de Mockus, socialmente atractivo, no deja de ser irónico que Rudolf Hommes, ex Ministro de Hacienda de César Gaviria, funja como furibundo mockusista y pose de doctrinero del Partido Verde. Él fue el genio de la apertura neoliberal que arrasó el campo -tarea que complementaron las autodefensas por otra vía- , del achicamiento del Estado y reducción de sus funciones a facilitador de negocios y de las reformas que llevaron a la privatización y mercantilización de la provisión de servicios y derechos sociales. Con descaro, en una de sus columnas de opinión se regocijó de que el Gobierno de Gaviria tuvo el ingenio de entretener a la izquierda, los movimientos sociales y las guerrillas desmovilizadas en los debates para consagrar los derechos fundamentales y la Democracia Participativa de papel en la Constitución del 91, mientras ellos adoptaban la catarata de leyes y decretos que posibilitaron las reformas económicas neoliberales. El modelo neoliberal hizo que el Estado Social de Derecho que proclama la Carta que ya cumple 20 años, fuera un remedo. Queda esperar que Hommes y los gaviristas que acompañan a Mockus no representen más que adhesiones.

Malo conocido o bueno por conocer

La candidatura de Antanas Mockus apuesta por modernizar las instituciones y costumbres de los colombianos de acuerdo con los valores postmaterialistas: cultura y justicia que legitimen las nuevas formas de expresión del capitalismo nativo en la lógica de generar las condiciones para un crecimiento económico acelerado, vía calificación de mano de obra y aumento de la capacidad competitiva y de consumo, aspectos en los que es fundamental elevar los niveles educativos de la población, cerrarle el paso a la ilegalidad, seguridad jurídica, mayor inversión social financiada con impuestos, efectividad y progresividad de la tributación, enfrentar el déficit fiscal, reducir la corrupción, una distribución mas equitativa del ingreso, hacer de la superación de la violencia una cruzada nacional por la vida y consolidar la seguridad y el monopolio de las armas a través de una fuerza pública eficiente y legítima. Todas características necesarias para un Estado moderno viable y acorde con los estándares del Banco Mundial. Para financiar este reto, anunció con total verdad, honestidad y responsabilidad que había que aumentar impuestos, lo que a la luz del marketing político es un suicidio y pudo pesar en su contra. Mockus no actúa como político, se equivoca, ofrece disculpas, rectifica, exhibe piel suave donde predomina el cuero duro y la aspereza. Actitudes humanas en la que sus adversarios encontraron el punto débil como si no hubiera en la historia pasada y reciente, gobernantes cuya incapacidad, escándalos o yerros se disfrazaron con el buen manejo escénico y la perorata demagógica.

La diferencia se sitúa finalmente entre el neoinstitucionalismo y el maquiavelismo en el manejo de los asuntos públicos. Santos rueda sobre el carruaje uribista, se reclama su heredero con el fardo que ello implica, tiene cancha de sobra y abundó en promesas -hasta la inverosímil de que no subirá impuestos-, para asegurar el continuismo, faro a donde se volcará toda la derecha para no quedarse por fuera de la torta, el Frente Nacional redivivo. Mockus propone que “La violencia, la desigualdad y la corrupción no pueden ser nuestro destino”, que “La vida y los recursos públicos son sagrados”, que “Con educación todo se puede” que “La unión hace la fuerza” y que hay que gobernar en equipo. Un timonazo que se desaceleró porque interpretó mal las señales de la vía, no es un cambio de rumbo pero permitiría circular con reglas. Queda pendiente fortalecer el vehículo para recorrer un camino viable, real y cierto para hacer realidad el Estado Social de Derecho, sanear las instituciones públicas, empoderar al pueblo, sacar a millones de colombianos de la pobreza, generar equidad en el reparto de competencias iniciales y crear las condiciones para una sociedad democrática, justa, pacífica y progresista.