domingo, 28 de junio de 2009

Adios al “Brujo”, bienvenida a la Bámbara

Sumido el mundo melómano en la tristeza por la muerte de Michael Jackson a muchos colombianos se nos creció el luto ante la muerte de Alfonso Córdoba, “El Brujo”, el viernes 26 de junio a los 83 años. Musicalizó las historias que le contaban los ribereños del Atrato cuando siendo niño acompañaba a su papá que se ganaba la vida como boga. Desde entonces era el intérprete natural de la música del viejo Chocó. Alfonso nació para las artes. Fue premiado como el mejor orfebre de Colombia pues dominaba la filigrana con maestría. Tallaba en madera los santos que veía en la iglesia de Quibdo cuando era muchacho y en la materia también se le reconoció su valor. Era un buen dibujante y se recorría con los ojos vendados la selva y la manigua del Baudó. Pero en lo que más lo identificó su pueblo y un puñado de forasteros fue como músico, compositor y cantante, haciendo vibrar en cuitas y nostalgias de brujería con timba las noches de la rumba septembrina de San Pacho. Apenas una reseña de página interior en la prensa y otro grande que se va sin que este país indolente y egoísta reconozca de verdad a quien vale. Me uno con el corazón al velorio en La Yesquita, su barrio en Quibdó, y al coro que siguiendo su voz cadenciosa se desplaza por ríos y selvas de ese pedazo de patria tan expoliado y tan humillado por propios y extraños. Se fue a otra dimensión a cantar con Aristarco y Neptolino:

“Cuando suena el bombo la gente grita contenta
Porque allá en Curique se engalanaron de fiesta
Cuando suena el bombo todos saltan de alegría
Porque el tamborito nació fue en la tierra mía
Porque el tamborito se baila en la tierra mía”.

Para fortuna del folclor y la cultura colombiana, hace dos años la Corporación Sonidos de la Tierra le publicó un compacto y recientemente, Alexis Lozano, creador y director de Guayacán, tuvo el acierto de grabarle un nuevo trabajo con música de su tierra y son que es la mejor herencia que nos pudo legar.

Y “El Brujo” que se nos va y la Bambarabanda que llega. El lunes 29 de junio en la tarima de la XV versión del festivalazo Rock al Parque a las 2:00 de la tarde se presenta la Bambarabanda, talento pastuso lleno de color, magia, creatividad, arte. Un grupo de muchachos y muchachas que en las nuevas tendencias han creado una locura de fusión de funk, punk, pop, rock, sanjuanitos, huaynos. Un dispositivo instrumental y percusivo del carajo, pura descarga. En sus rarezas de canciones hay también violines y acordeones, un vestuario homenaje al desparpajo y una puesta en escena que deja boquiabierto a más de uno pues tienen formación teatral. Y lo mejor: no cantan bobadas, son irreverentes, reivindican a su tierra, presentan mensajes críticos, retornan a sus raíces para enriquecer el panorama musical de un departamento que se tiene bien ganada la definición de “tierra de las artes”.

Este desquicie ha prohijado géneros como el sonsureño encebollado, el huayno ruidoso, la tonada barriada, el sanjuanito funk ecuatoriano, entre otras bellezas. Exitazos: Pa los santos, El vereche (Homenaje a Ernesto Guevara), El Superdepor (Al Deportivo Pasto), El baile de los obligados… La Bambarabanda: Yeimy Argotti, Batería y Percusión; Juan Cano, Voz; Magda Ponce, Voz; Andrés Eraso, Bajo; Adriana Benavides, Guitarra eléctrica y Guitarra acústica; Pablo Muñoz, Violín y Coros; Fausto Álvarez, Acordeón y Teclado; María Escobar, Percusión y Coros; José Santacruz, Productor.

¿Por qué Bambarabanda? Pues como buenos pastusos se dieron a la tarea de burlarse de todo el mundo al utilizar un quechuismo de esos que salpican el hablar cantarino del sur, que en su acepción local tradicional es sinónimo de marica (bámbaro) pero que con el tiempo ha derivado en trato cariñoso, expresión de admiración, mensaje de amistad. Así que no sean bámbaros y acompañen a esta banda de la muy digna y leal Villaviciosa de la Concepción de San Juan de Pasto, Mariscal de Campo de los Ejércitos de su Majestad Fernando VII. Estos y estas guaguas del Galeras son una verdadera erupción de color y sabor que le pondrá achichucas al achichay. Más de uno quedará chumado y váyanse bien comidos, por ejemplo un fritico u hornado de Sindamanoy, porque cualquier angarillo, quilico se puede desgualangar y que pena con las guambritas de por allá que lo vean tiritingo y achilado. Tatay.

Cuando la escuchen se les va a pegar: “Tal vez con rabia, tal vez doliendo. Tal vez con ganas de decir lo que siento”.

sábado, 20 de junio de 2009

Chile: Se abrirán las grandes alamedas

A los 94 años de edad, el jueves 18 de junio, falleció Hortensia Bussi de Allende, quien desde el mismo 11 de Septiembre de 1973, cuando un grupúsculo de militares traidores al mando de las Fuerzas Armadas de Chile y al servicio de los sectores más reaccionarios de la oligarquía de ese país y de las transnacionales estadounidenses, auspiciados por la Central de Inteligencia Americana, propiciaron el sangriento golpe de estado que acabó con la vida de su esposo, Salvador Allende, Presidente Constitucional por votación popular, y la de miles de chilenos, desde el exilio batalló con sus compatriotas para poner fin a la dictadura que desde entonces se instauró en cabeza del nefasto Augusto Pinochet, propósito alcanzado en 1988 cuando las fuerzas democráticas australes derrotaron con un NO rotundo las intenciones continuistas del tirano.

En aquella fecha, mis hermanos de menor edad trataban de comprender, sorprendidos y solidarios, el motivo de mis lágrimas. Pegado al radio seguí paso a paso el desenlace de esa tragedia estremecedora que me marcaría en lo más profundo del corazón. A los 13 años la experiencia chilena se había convertido en motivo de mis esperanzas. Era muy alentador ver que los chilenos por las urnas habían escogido una opción distinta para superar el atasco histórico de su desarrollo, que podría ser la senda para Latinoamérica, doblegada, mancillada y postrada. Pero ese día, a punta de bombardeos, ametrallamientos, fusilamientos, torturas, desapariciones, vejámenes y canalladas de todo tipo, la caverna sepultó la ilusión.

Desde entonces, la “tencha”, digna, altiva y conmovedora recorrió el mundo para clamar por el derecho a la vida de sus compatriotas que eran asesinados en las “caravanas de la muerte”, arrojados desde los aviones de la Fuerza Aérea o torturados en los decenas de “Garaje Olimpo” que estableció el régimen militar. El servicio de inteligencia de la dictadura, la DINA, llevó la colérica inquina contra el pensamiento democrático y progresista al extremo de realizar actos terroristas como el de Washington que le costó la vida al patriota Orlando Letelier y a su secretaria.

En coordinación con otros gorilas que se habían instalado en los gobiernos de los países vecinos, montaron la “Operación Cóndor”, estrategia de exterminio que le costó al Cono Sur la pérdida de muchos de sus más logrados talentos y la vileza de obligarse a vivir fuera de su patria a hombres de la talla de Eduardo Galeano, Mario Benedetti –recientemente fallecido-, Miguel Littin, los Quilapallún, los Inti Illimani, los Illapu, Isabel y Angel Parra, Mercedes Sossa, Daniel Viglieti y tantos más. La sola infausta noticia de la muerte de la democracia socialista en Chile se llevó a la tumba al inmortal Pablo Neruda y a la menuda, genial y divina Violeta Parra.

Pero como no hay verdad que se pueda ocultar para siempre ni vergüenza que no delate, para alivio de sus últimos días, “tencha” supo que a comienzos de junio, la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la condena al exsoldado José Paredes, acusado de asesinar al cantaautor Víctor Jara el 15 de Septiembre de 1973. Poco a poco el poder judicial de la retornada democracia ha ido dando cuenta de los criminales que pisotearon la historia de Chile durante dos décadas, incluido el patán de Pinochet, que a pesar de las charreteras y el acoso judicial murió consentido en su cama y no atravesado a balazos defendiendo con honor su causa, como Salvador Allende Gossens, quien en su última alocución antes de ser asesinado proclamara ante su pueblo “Mucho más temprano que tarde se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

En 1996, parado en la entrada del Palacio de la Moneda, sede del gobierno de Chile, le pregunté a un muchacho guardia si sabía que había pasado allí el 11 de Septiembre de 1973 y asombrado me contestó “No tengo idea cachay ¿qué pasó?” Yo me preguntaba si eso era posible ¿Cómo no lo va a saber? Pero no lo sabía como seguramente el victimario de Jara nunca supo a quien mató por "órdenes superiores". Por eso es deber de quienes recordamos sucesos contarlos a quienes no los saben y recordárselos a quienes los han olvidado. Para que haya futuro tiene que haber memoria.

jueves, 11 de junio de 2009

Por toda la música que llevan en sus almas

A Evelio Rosero Diago y William Ospina

William Ospina acaba de ganar el Premio Internacional Rómulo Gallegos por su novela El país de la canela, lauro que se agrega a muchos reconocimientos a su estatura intelectual, su compromiso humanista y su calidad literaria. Semanas antes, Evelio Rosero Diago, de raíces y afectos nariñenses, obtuvo el premio del diario "The Independent" al mejor libro de ficción traducido al inglés durante el último año (2008) por su novela "Los Ejércitos", que ya había sido galardonada con el II Premio Tusquets Editores de Novela en 2006, otros de sus libros han recibido también merecidos reconocimientos y en 2006 el autor el del mérito literario de MinCultura.

De los hechos narrados en Los Ejércitos, Evelio dijo en 2007 en España, "son totalmente reales, están tomados de recortes de periódicos, noticias de televisión y testimonios de desplazados, sobre todo a la ciudad de Cali. Este conjunto de acontecimientos verídicos son los que han dado forma y han consolidado el argumento de la obra…es una historia de desapariciones e injusticias en un pueblo ficticio llamado San José que podría ser cualquier lugar de Colombia, donde el enfrentamiento de los ejércitos y el fuego cruzado aparecen como motor y fondo de toda la trama de la novela”. Leyendo Los Ejércitos uno va llevado por la mano maestra y la narración elegante de Evelio a apreciar desde fuera la tragedia de nuestra historia, nuestros dramas y los ajenos, las insólitas justificaciones que llevan a unos cuantos a anegar en sangre hogares y campos, y en el trasfondo la realidad social que ha cultivado tanta locura, descrita con humor e ironía:

“Yo iba a despedirme cuando volvimos a oírlo:
- En este país – dijo, relamiéndose el escaso bigote-, si uno pasa lista, presidente por presidente, todos la han cagado.
Nadie repuso nada a sus palabras. Lesmes, que se veía con muchas ganas de hablar, se respondió a sí mismo:
- Sí -dijo-, a la hora del té cada presidente cago las vainas, a su buena manera. ¿Por qué? Yo no lo sé, ¿quién va a saberlo? ¿Egoísmo, estupidez? Pero la historia descolgará sus retratos. Porque a la hora del té…
- Cuál té, maldita sea –se exasperó chepe-, café, por lo menos.
- A la hora del té –siguió Lesmes, impertérrito, deslumbrado de sus mismas palabras-, nadie tiene fe”

Los Ejércitos, Editorial Tusquest.


William Ospina, poeta, novelista, ensayista e intelectual comprometido con un futuro digno para Colombia, hizo para el centenario del poeta nariñense Aurelio Arturo un apasionante perfil en la revista Número, en el que describe en forma fascinante las tierras del sur:

“Esta tierra donde es dulce la vida

La de Nariño es una extraña tierra. Tal vez a ninguna parte del país le es más aplicable esa observación de pintor que Arturo le dedica a su patria: «... bellos países donde el verde es de todos los colores...».
Mesetas y llanuras llenas de verde y de frío, esa región está lejos del resto de la patria, y lo estaba mucho más a comienzos de siglo. Áridos y desolados cañones la separan, verdaderos desiertos donde aún ahora sobreviven, en lo alto de unas sierras pobres y ardientes, caseríos miserables asomados a campos amarillos de maíz. En el esplendor y la delicadeza de sus colores, honduras donde el llano se vuelve rojizo y las mesetas verdosas y azules, y donde a veces, como espuma, una bruma espesa resbala sobre las formas caprichosas de las montañas, habita una raza sin destino, desamparada y sucia de pobreza, que asoma a las puertas de casas vacías unos ojos inmóviles que parecen interrogar pero que en realidad sólo miran al mundo sin esperanza. Perdido en esos yermos, yo he vivido noches espectrales en las que el cielo parecía mucho más cierto que la tierra. Su firmamento nocturno está lleno de estrellas fugaces, y bajo las constelaciones, como un conjuro, fluye en la sombra la voz pausada de los campesinos, «contando historias».
Un famoso episodio de nuestro pasado común tiene por escenario esas tierras. A la cabeza de un ejército vacilante, rico en traidores, Nariño avanzó entre el polvo y el fuego, hacia el sur, para anexar a Colombia el más grande fortín de los españoles. Muchos días y muchas noches padecieron esa geografía malvada, diezmados por los cuchillos de los indios y por incesantes deserciones. Cuando al fin, arrastrado por su terquedad y por su conciencia del peligro de la reconquista, Nariño llegó al sur, había sobrevivido a tantas conjuras, había dejado atrás tantos peligros acechando, e iba tan traicionado y tan solo, que solamente pudo entrar sin escolta y entregarse a los enemigos que pensaba destruir.
Ese mismo camino recorrió el poeta, pero en sentido contrario, y padeciendo rigores análogos, cuando se alejaba de su tierra natal buscando un futuro para su vida y para su poesía. Lo encontró, malamente, pero nunca dejó de sentir que al cruzar el cañón del Patía, yendo hacia el norte, dejaba atrás los momentos más luminosos de su vida y que para recuperarlos iba a necesitar toda la música que llevaba en su alma.”

AURELIO ARTURO, LA PALABRA DEL HOMBRE Revista Número 58.

Que fortuna que dos grandes de las letras colombianas de hoy tengan presente siempre en sus obras a Nariño, punto de encuentro e inspiración, un aliciente más para afrontar tanta dificultad y tragedia por un pueblo templado en la rudeza del día a día pero siempre esperanzado en un mañana mejor.

martes, 9 de junio de 2009

¡Mátese media vaca!

CERINZA. BOYACA.

El siguiente relato fue hecho el día jueves 28 de mayo, en el taller del Grupo de Trabajo Municipal Permanente (GTMP), dentro del marco del Proyecto que impulsa la Participación Ciudadana en la vida municipal. Varias personas del Proyecto integran la Veeduría Ciudadana, según la Ley 850 de 2003.

Un ciudadano campesino (Oscar Orlando Castro Rodríguez) sacrificó una res en su vereda, para ganarse unos pesos. Pero el matadero de Cerinza fue cerrado y no se pueden sacrificar animales.

La acción fue denunciada ante la autoridad municipal y la Policía decomisó la carne, que fue examinada para saber si se podía utilizar como alimento. Los exámenes dieron resultados positivos.

Según el campesino, la res pesaba 18 arrobas. Según alguna autoridad, la res pesaba 14 arrobas. Según la normas, a la carne se le debe dar un uso social, es decir, debe ser entregada, por ejemplo, a los restaurantes escolares, ancianato, familias pobres, etc.

Las autoridades entregaron 5 libras a la escuela de la vereda Novaré. Y dos arrobas, a la Institución Educativa No. 1 (primaria), del casco urbano.

¿Y el resto?

Se organizó una comilona festiva, desde las diez de la mañana hasta la cinco de la tarde, el sábado 16, en la casa del Secretario de Planeación, Ingeniero Alfredo Sotaquirá.

¿Quiénes fueron los comensales?

En primer lugar, los funcionarios de la Alcaldia, algunos policías y algunos concejales.

El Alcalde no estuvo presente pero le enviaron su plato.

La Señora Ligia Vega de Álvarez, Veedora Ciudadana, se hizo presente en una sesión del Concejo Municipal e interpeló a los concejales por su falta de debate político ante tal acción, y por la falta de ética de quienes estuvieron en la comilona. Sus palabras, obviamente, no fueron bien recibidas.

Hay un ciudadano (Carlos Báez) que sacrifica reses y nunca ha sido llamado al orden por la autoridad.

Muy pronto, por el “correo informal” se le hizo saber a la Señora Ligia Vega, que iban a colocarle una denuncia por calumnia. Ella le respondió al “mensajero”: “Que lo hagan que yo estoy con la verdad”.

Relato de Héctor Torres

domingo, 7 de junio de 2009

Tenían que ser pastusos

Hoy (domingo, 7 de junio) se anuncia que el volcán Galeras hizo erupción. Llamo a Oscar Salazar, productor musical y músico de fantasías, y muy fresco me dice: Debe ser que está bravito pero eso se le pasa. Así somos. Como esos cuatro estudiantes de la Universidad de Nariño que se impusieron sobre 280 propuestas de todas las universidades del país en el concurso "herramientas para salvar el mundo" de la principal multinacional  informática. Se van para Egipto a estudiar becados junto a muchachos de 90 países, por crear una "máquina de ideas".
Los pastusos se inventaron un software para generar ideas al que llaman Ideorama. Claudia Zambrano, una de las integrantes del grupo, dice que uno de los graves problemas del mundo es la falta de ideas, "entonces nos propusimos inventar un software para Red para generar ideas creativas, fácil y práctico. Con un diseño y estructura fácil y sencillo, aplicable a cualquier disciplina". El Ideorama recopila y depura la información para la estructuración de un proyecto y facilita la generación de ideas para la solución de un problema específico. ¡Que tal!
Uno no cabe de orgullo por lo que han logrado estos estudiantes en un país que convirtió el gentilicio en sinónimo. Lo más seguro es que el hecho pase desapercibido y se lo apabulle con algún chiste pendejo, pero la verdad es que demuestra inteligencia y destreza intelectual dignas de reconocimiento nacional. 
Para la Universidad de Nariño es un logro muy importante en plena gestión de Silvio Sánchez Fajardo, filósofo y humanista inteligente, sensible y democrático que ha dejado ver su talante pluralista y de largo alcance con el debate público a la reforma del centro docente y la creación de Hemisferio Derecho y Mundos Posibles, dos programas de televisión  producidos por Javier Arteaga, que a través del canal local y el nacional universitario (zoom) reivindican la ilimitada creatividad artística y los valores humanos del Departamento. Por allí desfilan pintores, músicos y escritores da talla internacional y personajes representativos de los estamentos del alma mater nariñense, desde el personal de vigilancia, los estudiantes, el profesorado, hasta la representante estadual demócrata de Minneapolis, Minessota (EE.UU.)  Patricia Torres,  natural de Pasto, Nariño, Colombia.
Es la hora de la reivindicación del centro docente, herido de muerte a comienzos de siglo, cuando los paramilitares de las "Aguilas Negras" se ensañaron con los muchachos rebeldes y los sindicalistas que luchaban contra la privatización, las alzas del transporte y en favor de las reivindicaciones de los pobres de las barriadas y segaron, en una seguidilla criminal impune, la vida de Adriana Benítez, Martín Emilio Rodríguez, Javier Moncayo, Marcos Salazar, Efrén Tutistar y Tito Livio Hernández, cuyo asesinato acaba de reconocer el ex jefe paramilitar "Sevillano".
En medio de tantas tragedias y dificultades que acechan y embargan a Nariño, saber que tiene un pueblo inteligente y audaz  que poco a poco ha superado los complejos propios y las discriminaciones centralistas es un activo determinante para un mejor futuro.  

Gabiteros

El jueves 4 de junio en la Fundación Alzate Avendaño los “gabiteros” – así se llama un grupo de admiradores de García Márquez- realizaron una mesa redonda sobre el tema “El poder y Gabo”. Intervinieron Rafael Pardo Rueda, José Luis Díaz Granados, Jaime Abello Banfi y Gustavo Bell Lemus. Pardo contó como, por orden del Presidente Barco, conoció a Gabo para ponerlo al tanto de las negociaciones de paz que lideraba y de información para comprender el entonces alborotado paramilitarismo. En adelante creció una amable relación que llevó a que el Nóbel acompañara a Pardo al lanzamiento de su candidatura a la consulta liberal del 2006. Abello, que ha estado al lado de García Márquez hace casi dos décadas, contó varias curiosidades en la vida del escritor, siempre en medio de la admiración. La que más me llamó la atención: Gabo fue el que le sugirió a Andrés Pastrana el nombre de Bell como fórmula a la Vice Presidencia para el periodo 1998-2002. Díaz Granados, conocedor íntimo de la vida de Gabo, destacó tres periodos en la vida del escritor: el radical que regaló la plata del premio Rómulo Gallegos a las FALN de Venezuela, el periodista revolucionario de Alternativa y el hombre moderado del premio Nóbel a estos días, que nos ha llenado de orgullo. Contó que la primera edición de La Hojarasca fue pagada por un fondo clandestino de un mecenas comunista que se atrevía a patrocinar escritores beligerantes en plena dictadura del General Rojas Pinilla. Los otros: León De Greiff, Carlos Castro Saavedra, Manuel Zapata Olivella y un miembro del comité central del PC (Tal vez de apellido Ibáñez) ¡Qué nómina! Bell insistió en el análisis del discurso de agradecimiento de Gabo por el Nóbel de Literatura, bautizado la Soledad de América Latina. Para el ex Vice es el texto más político y actual del escritor, porque sus reclamos frente a los desequilibrios globales, la injusticia y las desigualdades sociales siguen en el orden del día. A pesar de que me cansé de levantar la mano no tuve la indulgencia del moderador, Oscar Alarcón, para preguntarles a los apreciados panelistas, qué le pasó a Gabo con Pastrana, por qué se comprometió a “camellar” sin descanso por Andrés y su política educativa ¿en que paró aquello? Si fue correcta su apreciación: “Hace cuatro años votamos por Samper para que no ganara Pastrana, ahora hay que votar por Pastrana para que no siga el samperismo” (encarnado por Horacio Serpa en 2002). Si sigue creyendo que es hora de que Colombia sea gobernada por una mujer. Entiendo las razones de los panelistas para pedirle al público impertinente que no cuestionara a Gabo por su indiferencia de los últimos años con la realidad del país, su poca generosidad con Aracataca, su presencia legitimante en actos diplomáticos del gobierno colombiano. Tal vez tengan razón, seguramente hay que respetar la edad y el derecho al descanso y a estar donde quiera de uno de aquellos personajes que ha ayudado a posicionar esta porción de tierra en el concierto de las naciones del mundo. Pero sí se echa de menos esa voz y esa pluma aportando claves para entender lo que nos está sucediendo.