martes, 14 de septiembre de 2010

Fidel, la cornucopia y el socialismo cubano

La coincidencia de la exhibición en Colombia de la película El Cuerno de la abundancia - coproducción de Cuba y España-, dirigida por Juan Carlos Tabío y protagonizada por Jorge Perugorría, con la escandola internacional que se quiso crear a partir de la mala interpretación del periodista Jeffrey Goldberg, de la revista The Atlantic, de una frase entresacada de una extensa entrevista al líder cubano Fidel Castro, ostensiblemente recuperado de una gravísima enfermedad intestinal que lo colocó al borde de la muerte -milagro producido por la medicina de la isla y el temple del paciente de 84 años-, ofrece la oportunidad de sopesar las dificultades cotidianas de los cubanos que refleja el film, frente a la vigencia del modelo económico, político y social imperante en la patria hermosa, acogedora y vital de Silvio Rodríguez, Omara Portuondo, Alicia Alonso, Pablo Armando Fernández, Roberto Fabelo, Frank Fernández, Juan Formell, Pablo Milanés, Chucho Valdés, por solo mencionar algunos nombres de esa pléyade rutilante que alumbra el mundo desde la más grande de las Antillas.

Tabío, en Fresa y Chocolate, hito del cine cubano, criticó desde adentro la discriminación y represión contra el homosexualismo en un largo tramo del régimen socialista -hecho que como su parte de responsabilidad, Fidel acaba de reconocer-, injusticias agresivamente confrontados en los últimos años con un aperturismo revolucionario liderado por la propia hija del actual Presidente Raúl castro. Ahora se centra en problemas acuciantes de la vida diaria como la escasez ya crónica de alimentos, ropa, electrodomésticos y otros bienes, algunos suntuarios o prescindibles en la actual situación, pero a diferencia de otras de sus obras, en ésta priman aspectos negativos del ser humano como el egoísmo, el engaño y la codicia.

Utiliza el cine para mostrar y urgir a través del humor de las exageraciones, mediante una comedia cofinanciada por el instituto estatal de cine y vista por miles de cubanos que aparte de reírse de esa caricatura social ven amplificados sus reclamos del día a día. Es la vocería que también representan las canciones de Carlos Varela y Frank Delgado. Tabío ya la había emprendido contra otras facetas incómodas en Plaff, Guantanamera y Lista de espera, como décadas atrás lo hicieran Gutiérrez Alea o Santiago Álvarez, en sus casos para fustigar aspectos heredados que obstaculizaban el avance del proceso revolucionario. Aunque la cinta no ha recibido el aplauso cerrado de la crítica es acreedora de una importante lista de reconocimientos que comenzaron en 2008 en los festivales de de Cartagena y del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

El cuerno de la abundancia

Una supuesta herencia de unas monjas depositada en un banco de Inglaterra en el siglo XVIII sirve de argumento para poner en escena los disparates que cometemos los seres humanos cuando la ambición o la ilusión le ganan la partida a la razón. Los Castiñeira de todas las ortografías serían los destinatarios del legado y la película cuenta las andanzas de los de Yaragüey donde Bernardito (Perugorría) lleva el eje narrativo. La Internet, de tan difícil acceso en Cuba, más que por censura, algo casi imposible, por razones técnicas, es el medio para que los aludidos entren en el juego tal como a diario lo hacen cientos de ilusos en todo el mundo, para al final, y como es común ante la crisis, anidar una nueva fantasía sobre el fracaso de la anterior. El guión recogió algunos episodios reales sucedidos en el período especial de los años 90 del siglo XX.

En la Cuba socialista de hoy desfilan el matrimonio que no se habla del jubilado fiel al régimen (“si quieren plata trabajen”) y su esposa indignada ante su conformismo y su intransigencia con un hijo gay que emigró; su hija separada y con hijos en busca de marido y zapatos nuevos para los niños; su hijo (Bernardito) y nuera con ganas de amarse siempre frustrada por la imposibilidad de intimidad y molestos con el mal hablar de su nieto, quienes para sobrevivir tras la frustración de la herencia activan la venta de tortas y pasteles que en otra época preparaba la repostería familiar El cuerno de la abundancia.

También hacen su parte, el idiota con el que una bella se quiere casar por interés y el dueño de tienda gruñón indignado que la pretende; el timador profesional y sin hígados, el merolico (comerciante inmoral y de lo ilegal); la señora con ínfulas aristocráticas y su hijo extravagante al que la mujer le pone los cuernos con Bernardito; los finos gays de la comisión nacional para la reclamación de la herencia; el cura que tras un donativo se acomoda y el registrador civil que también. Mucha algarabía, encueradas y zangoloteos, adulterios, ilegalidades, sobreactuaciones, risas, llanto, afecto y, como trasfondo y mensaje: el profundo malestar con las carencias y restricciones. Ya lo dijo Pambelé: “Es mejor ser rico que pobre”. Algo parecido afirmó Tabío en la premier en España.

Tengo, vamos a ver...

Tras cincuenta años de Revolución, la gente quiere más en un momento difícil que la obliga a defender lo básico alcanzado, que no es poco en las condiciones que se ha logrado: una existencia austera y de privaciones como aporte a la consolidación y avance del socialismo cubano, que seguramente habrá de someterse a ajustes y reformas para potenciar las fuerzas productivas, pero que ha permitido soñar la posibilidad de calidad de vida con satisfacción plena de las necesidades humanas básicas, participación deliberante y decisoria y apego a los más altos valores éticos.

La cubana es una sociedad con educación de calidad y universal hasta la universidad, el sistema de salud cubre a toda la población con servicios avanzados y de alta complejidad e índices recocidos por la OMS, se producen medicamentos y realizan tratamientos de altísima efectividad; se privilegia la investigación científica; la isla es un emporio cultural, deportivo, literario y musical; las personas de la tercera edad, la niñez y la juventud son de verdad una prioridad; el aborto es una decisión autónoma, los hijos de parejas separadas tienen la protección del Estado que también garantiza el empleo casi a todos y miles de médicos y maestros cubanos le entregan su saber solidariamente a millones de pobres en el mundo. No hay hambre ni violencia ni mendicidad ni indigencia, realidades que laceran las sociedades de todos los continentes.

Cuba ha logrado esto, no obstante las de limitaciones impuestas por la naturaleza como los demoledores huracanes y la escasez de recursos naturales; superando el golpe que significó la eclosión del socialismo real y enfrentando el bloqueo inclemente de Estados Unidos y sus socios europeos. También a pesar de decisiones obligadas por la dignidad y la supervivencia del proceso; los yerros de aprender haciendo, en algunos casos, el dogmatismo, en otros, y los errores y tendencias negativas que desde siempre ha fustigado Fidel, que se confrontan en forma recurrente: favoritismo, tráfico de influencias, holgazanería, desfalcos, amiguismo, privilegios, paternalismo, incumplimiento laboral, nóminas excesivas.

A lo que se suma la indudable repercusión de la globalización, determinante en un país que en buena parte se sostiene del turismo; los efectos del consumismo, la moda y el individualismo, todo lo que, de no ser por la frescura caribeña, la formación ideológica y política y la apuesta vigente en la validez de su opción por el pueblo, ya habría logrado lo que no han podido las históricas agresiones estadounidenses.

Evolución en la Revolución

El contrapunto se conoce ampliamente gracias a los grandes medios de comunicación: las bellas ciudades y pueblos lucen abandonados por la salinidad y la falta de plata para restaurar y pintar; se tienen los médicos pero los tendidos están raídos; hay comida pero racionada y poco variada; el transporte es escaso, deficiente y agobiante; cuando se ahorra algo de dinero no hay oferta de lo que se quiere; los profesionales deben ocuparse en cualquier cosa; hay privilegios obligados a algunos sectores que chocan; sobran un millón de asalariados; la mayor parte de los autos y electrodomésticos son carcamales anteriores a la Revolución en funcionamiento gracias al ingenio popular; casi todo se importa y la mayoría de las veces escasea.

De manera subterránea fluye la satisfacción a aquellos caprichos, gustos y necesidades cuya solución siempre se ha aplazado, gracias a los dólares enviados desde la “Yuma” (EE.UU.) y las fulas (dinero) obtenidas con la venta ilegal, el peculado, la falsificación, la prostitución (jineterismo) y el tráfico clandestino; los que no aguantan más desafían el mar en busca del “sueño americano” a costa de sus propias vidas. La permisividad se explica por razones de bulto pero todo esto erosiona principios fuertes y cuestiona el modelo.

En la entrevista a Fidel citada al comienzo, el dirigente, según aclaró luego de que la frase le diera la vuelta al mundo y fuera editorializada como su reconocimiento del fracaso o la puerta abierta para que Raúl inicie reformas urgentes, a la pregunta sobre si el modelo era exportable, respondió con ironía que: “el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros”. Desde luego se refería a todo lo que muestra la película de Tabío y más. Hace poco lo dijo también Silvio Rodríguez en una canción con el juego de suprimir la ere a revolución para pedir evolución.

Pero la aclaración de Fidel fue más radical: “Mi idea, como todo el mundo conoce, es que el sistema capitalista ya no sirve ni para Estados Unidos ni para el mundo, al que conduce de crisis en crisis, que son cada vez más graves, globales y repetidas, de las cuales no puede escapar. Cómo podría servir semejante sistema para un país socialista como Cuba”. La satisfacción de las necesidades complementarias y el mejoramiento de las vitales de los Castiñeira de Yaragüey y de toda Cuba, depende de que el modelo cubano supere sus trabas y defectos y alcance un nivel superior de desarrollo y del cese del bloqueo, no del mítico cuerno de la abundancia.

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