Corre el rumor de que en vista de
la rebelión ciudadana de repudio a la
guachada del Procurador de destituir e inhabilitar por 15 años a Gustavo Petro,
aquel y sus compinches estarían pensando en la desfachatez -sí, el descaro fascista- de ratificar el
fallo entre el 30 de diciembre, límite de la notificación y el 10 de enero, día
de la nueva toma de la Plaza de Bolívar por la Democracia y la Paz, para sacarlo
del camino de una vez, ante el riesgo de que, en la remota posibilidad de que el referendo -ya
viabilizado por la Registraduría y que podría realizarse a finales de febrero-
alcance el umbral, el mandato de la Bogotá Humana sea ratificado o que se active
alguna de las varias alternativas jurídicas que han aflorado para enfrentar la
crisis institucional desatada por la decisión política de la Procuraduría, entidad
desde donde se cocina hace rato la imposición de un régimen autoritario en el
país. Ojalá solo sean rumores, aunque en esos conciliábulos extremistas se dicen secretos en voz alta,
como se comprobó con la determinación de destitución. Si generar el fallo fue
una provocación grotesca, ratificarlo a la fuerza sería una estupidez.
Fallo grotesco, jurídicamente cuestionado y de efectos caóticos
Están apurados. La vía más
expedita y segura se les desbarató, no obstante la tibieza conveniente del
gobierno para definir su papel en la crisis. En apariencia, el Procurador podía
tomar la decisión y al Presidente solo le quedaba protocolizar la echada.
Algunos constitucionalistas dijeron que podía deliberar, el Ministro de
Justicia alelado dijo que no. Otros explicaron que la facultad constitucional
del Presidente se debe concordar con el Estatuto de Bogotá y que lo limita a
firmar si el Procurador o una sentencia judicial lo determinan. Petro blandió el
bloque de constitucionalidad para hacer valer la Convención Americana de los
Derechos Humanos que restringe la suspensión de derechos políticos a que haya sentencia
judicial, e internacionalizó su defensa. No obstante el multitudinario rechazo
a los abusos de Ordoñez, llevados al reto desvergonzado a amplios sectores con
la destitución, parecía que la pelea del alcalde tenía que darse fuera de la
Alcaldía. Afortunadamente hay
funcionarios que no han perdido todavía el horizonte y saben las
consecuencias de desafiar al pueblo.
El Fiscal General recordó que la
Corte Constitucional, a través de varias sentencias, validó la facultad del
ente acusador de suspender este tipo de decisiones cuando hay irregularidades o desconocimiento
de derechos. De otra parte, los actos
administrativos, como los ejecutados por Petro para el funcionamiento del nuevo
esquema de basuras, gozan de presunción de legalidad y cuestionarla constituye
una extralimitación con implicaciones penales. Montealegre llama al gobierno a
optar por el consecuencialismo y darle una interpretación sustancial a su
misión constitucional para ir más allá y aplazar la determinación mientras las
instancias judiciales se pronuncian. Daniel Samper, quien reclama el derecho de
desempolvar el cartón de abogado
-como lo reclamo yo- para ir más allá de la letra, le pide a Santos no
ser un simple firmón y darle a su decisión el peso de una determinación en
favor de la democracia. De manera que Ordoñez tendrá que sopesar si le da
tiempo al tiempo o pasa de acusador a acusado transitando por varios tipos
penales.
En la acción disciplinaria contra
la desprivatización del servicio de recolección de basura se encontraron los
adeptos del neoliberalismo y de la
democracia tutelada, para fabricar causas y revestir de legalidad una decisión
ideológica de defensa del mercado y el catecismo conservador que se profesa
desde la Procuraduría. En la batalla judicial y política les han fracasado
otras tinterilladas como la demanda de pérdida de investidura de Petro por una
supuesta condena por porte ilegal de armas no cubierta por la amnistía judicial
a su pasado guerrillero, interpuesta por uno de los acusados en el robo a
Bogotá, eufemísticamente llamado “cartel de la contratación”, para edulcorar
algunos implicados. Se les olvida que un amigo del Procurador, que defraudó a
la nación, amenaza con coser a tiros al perro que ose meterse con su can.
Padecen de moralismo bipolar. Y en este frente la estrategia les cojea.
Repudian y hostigan la Bogotá Humana
La victoria electoral de Petro tomó
por sorpresa al establecimiento capitalino
y nacional, y ante su programa centrado en visibilizar y dignificar a
los pobres, parar la corrupción, priorizar el interés público por encima de los
dictados del mercado y reorientar el curso futuro de la ciudad, desataron todas
las formas de lucha, que incluyen medios de comunicación, manipulación de
mecanismos de participación y distorsión de la función de los organismos
constitucionales. La animadversión de los medios ha sido manifiesta y la
manipulación de la audiencia asquerosa; no tengo en la memoria un caso de
distorsión más mezquino que la forma como se presentó el Plan de Ordenamiento
Territorial, entresacando medidas, descontextualizando, engrandeciendo
especialistas adversarios, editorializando de forma parcializada, hasta que le
metieron a la gente en la cabeza la idea de que quedaban habilitados los
prostíbulos al frente de sus casas.
Mientras que urbanistas,
gobiernos y organismos internacionales resaltaban la coherencia del POT con los
lineamientos modernizadores para el crecimiento, la sostenibilidad
ambiental y desarrollo con equidad en
las grandes ciudades, aquí lo despedazaban. Lo de fondo es que le hacen el
mandado a algunas de las grandes firmas constructoras que no quieren ceder algo
de sus jugosas plusvalías. Al tempo que se desprestigia en la prensa, no cesan las
presiones a la jurisdicción contencioso-administrativa, desde el sector privado
y hasta del gobierno nacional, para que
declare ilegal el acto que lo adoptó. Y tienen razón, Petro lo planteó con
claridad, en la ciudad como en el campo la tierra es un asunto de poder.
En otro de los flancos, sin
aprobarse siquiera el Plan de Desarrollo ya estaban pagando firmas para la
revocatoria, no tanto porque se esté incumpliendo como porque a la élite y al
conservadurismo beato, e inclusive a los menesterosos engañados por el
clientelismo o el partido mediático -la indigencia mental es la más grave-, les
da prurito que se privilegie a los pobres, las mujeres, los indígenas, la
comunidad LGBTI, los afros, la niñez desamparada, los drogodependientes, los
vendedores ambulantes, los desplazados y víctimas que la violencia de la
parapolítica en alianza con el narcotráfico arrojaron a la intemperie a Bogotá,
los derechos de los animales, los cerros, los árboles, el aire y el agua. Están
“de muerte” porque el Alcalde visibilizó una realidad que sus antecesores
mantuvieron oculta tras el muro mental
de que Bogotá existe del estrato
3 para arriba y lo demás es población desechable que ojalá
un día se acabe, como sea. En esa mentalidad elitista se cultiva el electorado
de la extrema derecha que aplaude a Ordoñez y a Uribe.
El partido de los medios vota en los titulares
Por el contario, si se hace una
lectura sin la influencia manipuladora de los medios, lo que se evidencia es
que Petro está cumpliendo y que a la altura de presentación del informe
“Bogotá, cómo vamos” - que El Tiempo, uno de su patrocinadores, interpretó a su acomodo-, a finales de
noviembre, la administración comenzaba a mostrar índices positivos luego de sacar
a la ciudad de cuidados intensivos debido al saqueo criminal
a la que fue sometida por los Moreno y compañía, con la complicidad, por acción
u omisión, de todos los partidos políticos que hacen presencia en el Concejo Distrital
y se oponen a Petro. En lo negativo, la matriz mediática cumple su papel. La
forma como se presenta la información judicial sobre el llamado “cartel de la contratación”,
genera tal confusión en la opinión que
en el informe señalado, aumenta la percepción de corrupción en el último año,
precisamente en el gobierno de quien la denunció, motivó la judicialización y
le cerró la puerta a una buena cantidad de bandidos.
En aspectos como movilidad, a
sabiendas de que los resultados se verán en el largo plazo, la oposición
fustiga y la prensa calla. Ocultan que por fin el Metro será una realidad -las
estaciones fueron presentadas tras conocerse el fallo de destitución en primera
instancia-, el SITP, a pesar de los tropiezos y la mala herencia, podría estar
funcionando con regularidad a mediados del año entrante -el esquema tarifario
con subsidios populares se dio a conocer luego del fallo-, Ciudad Bolívar
contará con metro cable, se iniciará la
construcción de vías en Suba y Bosa y la troncal de TransMilenio en la avenida
Boyacá; la recuperación de la malla vial, con un retraso de décadas, avanza. Pero lo riquitos quieren que pavimenten los humedales
para pasearse en autos de alta gama con sus chicas de goma y de malas, o
repensamos la ciudad en función de la supervivencia o nos jodemos todos.
De los $ 14,7
billones del presupuesto 2014, sancionado por Petro tras la decisión de la
Procuraduría, $3,2 billones de pesos, cifra histórica, se invertirán en educación, $ 2,4 billones en
salud y $ 2,3 billones de pesos en movilidad, rubros que suman el 55% del total
de inversión (83%). A ello se agregan un
sinnúmero de acciones de carácter social en curso como los jardines Acunar, los
centro juveniles de artes en las localidades, el mínimo vital de agua, el
millón de raciones alimentarias para niños pobres, los territorios saludables,
los subsidios al transporte, la formalización de 2.700 trabajadores del aseo,
la integración de la población recicladora al modelo de recolección de basuras
ordenada por la Corte Constitucional (una de las causas del lío disciplinario
de Petro), un canal público de televisión
que se posiciona como alternativa y un largo etcétera que la paupérrima,
egoísta, arribista, atrasada y sectaria mentalidad de la dirigencia
tradicional -clientelista y corrupta
como la que más- califica de populismo chavista, marxismo, propaganda y oportunismo
-como si no la usaran con descaro.
Si la sacada a patadas de Petro
les fracasó porque la pateada que les dio el pueblo desde la Plaza de Bolívar
fue elocuente, solo les queda recurrir al referendo y, como en ese escenario
también ahora se sienten derrotados, entonces, como malos perdedores que son,
de antemano quieren deslegitimarlo. Que por qué ahora Petro dice que sí y antes utilizó tantos
recursos para impedirlo. Como si fuera delito utilizar las instancias legales y
más aún cuando se advierte un propósito perverso promovido con medios sórdidos.
Pero como de la encerrona parece el recurso menos
cuestionable, se aferran a la revocatoria con la ilusión de habilitar el umbral
y torcer las encuestas, que en medio de la crisis muestran a un Alcalde
fortalecido, con una imagen en alza y una gestión con resultados. Ahora vendrá
la movilización clientelista del voto y la campaña de desprestigio que ya se
inició en Caracol, Blu radio, Semana y El Tiempo, que editorializando la salida
en falso de Ordoñez comienzan a enfatizar en la descalificación de la administración
de Petro (“El Procurador convirtió en mártir a un pésimo alcalde”) con lo que
coadyuvan a generar un ambiente desfavorable. No aprenden la lección de lo de
Ordoñez, la gente no traga entero, por eso, si no se presenta alguna emboscada,
Bogotá está ad portas de la refrendación
del mandato popular de Petro y su
programa Bogotá Humana.
Diciembre 13 de 2013
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