El beso de los invisibles, Calle 26 Carrera 13, Bogotá D.C. |
En su
rostro los rastros del tiempo
Es la Bogotá central de La
Candelaria colonial, la Calle Real (Carrera Séptima) y el conjunto Calle del
Sol; el Chorro de Quevedo, el
Observatorio Astronómico y el Camarín del Carmen; la casas de Antonio Nariño, Gilberto Alzate
Avendaño, Rafael Pombo, José Asunción Silva, Miguel Antonio Caro y Rufino José
Cuervo, sedes de entidades sin ánimo de lucro o públicas, que comparten
el objetivo misional de enriquecer y divulgar nuestra cultura; los pasajes
Rivas y Hernández y los recordados Cuervo
y Arrubla, en cuyo incendio, en 1900, ardió el Acta de Independencia y parte de
la historia de la ciudad; Los Ministerios; la Academia de Historia; La Casa de
Nariño y el Palacio de San Carlos; los colegios Salesiano León XIII y de La
Merced (hoy, escuela de artes); La
Capuchina y el Voto Nacional; Nueva Santa Fe, las Torres del Parque y el Centro
Cultural Gabriel García Márquez de Salmona; las torres Jiménez de Quezada,
Blancas y de Fenicia; el Jockey y el Gun Club; los Palacios de la Policía y de
Bellas Artes; el Capitolio Nacional, el Colegio San Bartolomé, el Arzobispado, la
Catedral, El Sagrario, el Museo de la Independencia (“Casa del Florero”), el Palacio
de Justicia, el Edificio Liévano y la Casa Juan Flórez de Ocariz (Museo de los
Comuneros: de allí sacaron a Galán y sus compañeros para decapitarlos),
enmarcan la Plaza de Bolívar con la
escultura del Libertador de Tenerani al
centro, donde las palomas revolotean y pican el maíz que les arrojan los
abuelitos, un fotógrafo, con una Réflex o Polaroid, ofrece tomar un retrato
y un lustrabotas charla entusiasmado, al tiempo que agita un periódico trasnochado…
De la Plaza, por la Carrera Séptima
hacia la calle 26, los edificios Murillo Toro, El Tiempo, Banco de la República
(en la esquina donde quedaba el famoso Hotel Granada de los 40), BCH, Museo del
Oro, Avianca (y el recuerdo del incendio de 1973), al frente los templos contiguos
de San Francisco, La Veracruz y La Tercera; y a ambos lados hacia adelante, los edificios Córdoba, Escobar
Jimeno, Ibérica, Colseguros, La Carrera; la Plaza de Las Nieves, hoy
Eduardo Umaña Mendoza, en memoria del jurista defensor de presos políticos
y los Derechos Humanos, asesinado; el edificio Michonick (Personería de Bogotá) y el curvo del IDU, el Teatro Jorge
Eliécer Gaitán, la Terraza Pasteur y el Centro Internacional: los edificios Embajador,
Colpatria iluminado (enseguida el teatro Olympia convertido en oficinas); Colón,
de bohemios, izquierdistas y poetas;
Aerolíneas Argentinas
escalonado; Fonade; el del reloj electrónico del Banco de Bogotá (hoy de
manecillas y de CorfiColombia); las esculturas de La Rebeca y el Mono de la
Pila y la iglesia de San Diego en el entorno;
el Hotel Tequendama, el Parque Central Bavaria, con las cavas y falcas
de la desaparecida cervecería; los
edificios que pertenecieron a Bavaria y la Flota Mercante; por la 26
hacia el aeropuerto Eldorado (occidente),
en la carrera 22 (en un espacio del
Cementerio Central), el Centro de Memoria Histórica, Paz y Reconciliación con
la cartografía de los asesinatos políticos en la ciudad, empotrado en un
sitio del tradicional rito del perdón…
Desde los cerros orientales, por el Eje
ambiental de la Avenida Jiménez: la Quinta de Bolívar, la iglesia de Las Aguas,
el monumento a Policarpa Salavarrieta “La Pola”, la Academia Colombiana de la
Lengua, el Parque de los Periodistas, el Templete al Libertador, los edificios
Bicentenario (en homenaje al 20 de Julio de 1810, día del “Grito de la
Independencia”), Continental (tradicional hotel remodelado, ahora de
apartamentos), Monserrate (vieja sede de El Espectador), la Plazoleta del
Rosario, El Tiempo; pasando la Séptima,
al costado norte, el Palacio San Francisco (sede ahora de la U. del
Rosario), en el costado sur, la esquina de los esmeralderos, el edificio Pedro
López, San Victorino, adornado por la Mariposa de Negret, y la variada
arquitectura republicana que recorre la antigua
13 hasta las “celdas” del Banco Cafetero en la carrera 30, incluida la bella Estación de la Sabana. Si la ruta es
por la Avenida calle 19: el Colombo
Americano, el Colombo Francés, los edificios Procoil, Barichara, Residencial Sabana, en la 5ª., el nuevo Bacatá D.C. (que sobre el viejo
hotel, con 60 pisos, será el más grande de Colombia); los cafés y bares en las terrazas; pasando la 7a. los comederos del mercado; al cruzar la Caracas, el edificio Cudecom
(que corrieron sobre rieles para alargar la calle); mas allá, por la acera
norte, la frontera sur del barrio Santa
Fe, con su pasarela nocturna de prostitutas y travestis en decadencia…
Miscelánea
de vivencias y paisajes
La Bogotá del bunker de la Fiscalía del Salitre, los
juzgados de los edificios Nemqueteba,
Hernando Morales Molina (antiguo Banco de Bogotá) y el complejo Kaysser;
las cárceles La Picota, La Modelo, Distrital y Buen Pastor; los archivos
Distrital y General de la Nación; el CAN y el CAD; los hospitales San José, San
Juan de Dios, La Misericordia, Hortúa, Santa Clara, Kennedy, San Pedro Claver
(Méderi), San Ignacio, Tunal, San Blas y las clínicas Marly, Country, Santa Fe,
Nueva Colombia, Reina Sofía, Corpas y Chaio; los ropavejeros de la Plaza España, la
ropa de segunda de la 47 y el madrugón del Gran San, la tienda de ropa popular más grande de Sudamérica; las lánguidas sombrererías de la once, ayer hitos del
buen vestir; los toldos de San Pelayo en Usaquén, el mercado de las pulgas de San Alejo
(parqueaderos de la 24), el agáchese del Parque de los Periodistas, las
vendimias de San Victorino; las tiendas de los barrios donde todavía se vende al fiado; los centros comerciales Santa Fe, San Rafael,
Palatino, Hacienda Santa Bárbara, Portobelo, Unicentro, Unilago, Andino,
Granahorrar, Plaza Mayor, Calima, Gran Estación, Plaza de las Américas, Salitre
Plaza, San Martín, Metrópolis, Bulevar Niza y Titán; las grandes superficies
y cadenas Makro, Alkosto, Carrefour (ahora Jumbo), Éxito, Olímpica, Carulla y
los desaparecidos Jota Gómez, Ley, Tía y Dalhom; Corabastos y el mercado de
Paloquemao; el extinto lupanar histórico, tenebroso y arrabalero de El
Cartucho y el sórdido Bronx que se resiste a cambiar; las nemesias, el tranvía y los trolis que ya
no existen; Trasmilenio, los buses azules del Sitp, el terminal de transporte
terrestre y los aeropuertos de Techo (en el recuerdo) Guaymaral, Catam, Puente Aéreo y el Internacional Eldorado,
el mayor puerto aéreo del continente…
Chapinero diverso, la Plaza de Lourdes, el parque de los hippis (Mariscal Sucre) y su olor a "yerba" y el Pasaje Libertador;
el Park Way de La Soledad; el Palo del
Ahorcado en Ciudad Bolívar; los monumentos a Los Héroes, Banderas, Colón y la
Reina Isabel de Castilla; el Castillo Marroquín, el Quiosco de la luz y el
Museo del Chicó; la Plaza Cultural de Todos La
Santamaría; los museos del Oro, Nacional, de la Independencia, Colonial,
de la Moneda, Botero, de Bogotá, de Arte Moderno y la Casa del Marqués de San Jorge; Maloka,
el Planetario y el Jardín Botánico; el
Cur y Compensar de la 93, el Cubo y la sede campestre de Colsubsidio; el
desaparecido Bolívar Bolo Club y las boleras San Francisco (remodelada)
y del Ricaurte; el Niño del 20 de Julio, el Señor de Monserrate, el Santuario
de la Peña, San Judas Tadeo y Nuestro Señor de Los Milagros, de los que dicen
son prodigiosos, y un centenar de iglesias más, que en el centro orientaron la
expansión de la ciudad; los jardines de Paz, del Recuerdo y El Apogeo y el
Cementerio Central, que reza en el frontis de una de sus colmenas de bóvedas
desocupadas: la vida es sagrada…
Bogotá, capital mundial del libro 2007, la de las bibliotecas Nacional, Luis Ángel
Arango, Virgilio Barco, Santo Domingo, El Tunal, El Tintal, Biblio REd y Libro al Viento, literatura gratis distribuida por todas partes; la Ciudad
Universitaria (de la Nacional, la "Nacho") con la plaza “Che”, el Jardín de Freud y el
Auditorio León De Greiff; las
universidades Distrital, Javeriana, de
los Andes, Externado, Central, Jorge Tadeo Lozano, La Salle, Rosario, Gran
Colombia, Sabana, Santo Tomás, Arboleda y Libre; el Centro de
Alto Rendimiento, los coliseos El Salitre, El Campín, Cayetano
Cañizares y Alfonso López; la Media Maratón, la Caminata de la Solidaridad, el
campeonato de fútbol aficionado del Olaya; la época de El Dorado con Pedernera, Santa Fe (el Expreso Rojo) y
Millonarios (el Ballet Azul), sus barras y el fútbol en El Campín; Mundo Aventura, el Aquaparque Ci Ci; los
parques de los Niños, de los Novios, Simón Bolívar, Virrey, Santander,
Nacional, de la Independencia, Tercer Milenio, Ciudad Montes, Tunal y Tintal; los ríos Arzobispo, Tunjuelo, San
Francisco, Virrey, Fucha, San Agustín, San Cristóbal y Bogotá; la quebrada de La Vieja, los
humedales Juan Amarillo, La Conejera, Córdoba, Santa María del Lago, Tibanica, Tibabuyes,
Torca, Guaymaral y Jaboque; los cerros orientales: El Cable, Cruz
Verde, El Verjón, los tutelares Monserrate y Guadalupe; eucaliptos,
buganvilias, amarrabollos, abutilones, nogales, sietecueros y frailejones; los parques
naturales Mirador de los nevados, Chicaque, Entrenubes y Sumapaz, el más grande del
planeta...
Las Cruces, Las Nieves, Los Mártires, Germania, Villa Javier, Policarpa,
Meissen, Arborizadora, Lucero, Olaya, Quiroga, Fátima, San Carlos, Floralia,
Álamos, Ciudad Berna, Luna Park, La Fragua, Muzú, La Chucua, Primavera, Santos,
La Estanzuela, Santa Isabel, Veraguas, Trinidad, Galán, Gaitán Cortez, San
Blas, Jerusalén, Germanía, Modelia, Mandalay, Milenta, Normadia, Las Ferias, Florida,
Bonanza, Santa Helenita, Tabora, Quirigua, Toberín, Lijacá, La
Esmeralda, La Cabrera, La Magdalena, La Merced, Bosque Izquierdo, Inglés,
Antiguo Country, Quinta Paredes, Polo Club, San Cristobal, Santa Bárbara,
Chicó, Roma, Los Laches, Patio Bonito, Cazucá, El Recuerdo, Gran América,
Teusaquillo, 20 de Julio, 7 de Agosto, 12 de Octubre, 11 de Noviembre, Ciudad
Salitre, Ciudad Kennedy, Centro Nariño, mi Takay y mil más; los antiguos
poblados muiscas (hoy 8 de las 20
localidades administrativas) de Suba, Usme, Bosa, Engativá,
Usaquén, Fontibón, Teusaquillo y Tunjuelito; La Sultana, Matatigres y Siberia; las avenidas
calles 140, 127, Pepe Sierra, 100, 80, 68, 57, 53, 45, 34,
32, 26-El Dorado-Jorge Eliecer Gaitán, La Esperanza, Las Américas, Jiménez,
Comuneros, Primera, 22 sur,
Primero de Mayo, Villavicencio; la
Circunvalar, las avenidas carreras Quinta, Séptima, Décima, Quince, Diecinueve,
Caracas, Ciudad de Quito NQS, 50, 68, Boyacá, Ciudad de Cali y Alo; el
puente de guadua de la 80…
Paraíso
de sabores
La Bogotá sibarita de las zonas T, G y L, La Macarena gourmet;
Usaquén gastrónoma; La Candelaria sabrosa; tamal con chocolate en Monserrate, el
chocolatico de La Florida, el aguadepanela de la Puerta falsa; pollo de Las
Colonias (Kokorico), La Riviera y Surtidora de La 22 -decían que era un
efectivo pararrayos-; la Gallina Suprema, Rico, Sopas de la abuela,
Sopas y postres, Creps & Wafles; Andrés, carne de res; fritanga Donde Manuel, Don Jorge en Kennedy, Las Leonas, las
Ojonas del Samper Mendoza y El Manteco Guillermo en el sur (La Pecosa de La
Hortúa y Donde canta la rana del Restrepo ya no existen); morcilla de Doña Segunda, en la plaza del 12
de Octubre; empanadas de pipián y arepa rellena en la 85; las empanadas Dominó; comida criolla en
la Gran Sucursal y La Leona; Chopinar, salchichas de El Bohemio; hamburguesas de
Pesquera Jaramillo, La Hamburguesería, El Corral, El Rodeo y Presto; la
Bonga del Sinú y la "mamona" llanera de El Motorista y Los
Tronquitos en la glorieta de la 50, chuleta en el Sevilla y, en el Carvajal,
huesos de marrano con la mano…
La repuesta de amanecida en Caldo
para´o, Cuatro vientos, Desayunadero de la 42 (o en el parqueadero de la
41), Tony y el Cañón del Chicamocha; pan
de El Cometa, Cosmos, San Fermín, San Marcos, Los Hornitos y Pan pa´ya; Mogolla
y Masato Santafereño, La perrada de Edgar y las bizcocherías Cyrano y Alaska
que ya no están; las pastelerías Belalcázar, Guernika, Toledo, Cascabel, Yanuba
y Metropol y las 7 mil que hay en toda la ciudad; patacones con hogao, calentado con pega, empanadas, liberales con masato, almojábanas, huevos
pericos, perros calientes, pizzas y buñuelos, al paso; los piqueteaderos de aquí y allá; las cigarrerías La Gran Vía, Casa Lis, La viña
y Marandúa; los "postribulos" del Jota Vargas y Endulza tu paseo, pastel gloria de Doña Panchita, helados de La
Campiña y San Jerónimo; brevas con “ariquipe” y obleas Don José o en la
once con diez; menú gourmet para los gerentes, “ejecutivo” para los
profesionales y “corrientazo” para el pueblito…
Escrita,
pintada, fotografiada y declamada
La Santafé colonial de Retratos de costumbres de José Manuel
Groot, El carnero de Rodríguez Freyre, las Reminiscencias
de Cordovez Moure, la Bogotá republicana de las notas de viaje de Isaac
Holton y Miguel Cané, de los textos de
Miguel Samper, Santiago y Felipe Pérez, José María Caballero y Soledad Acosta;
de las crónicas de Luis Tejada, Felipe González Toledo,
Ximénez y las recientes de Arturo Alape y José Navia; la
cambiante de Las tres tazas (chocolate, café y té) de José
María Vergara y Vergara; la visionaria de Pax de Lorenzo
Marroquín, ambientada en la guerra partidista de los Mil Días a comienzos
del Siglo XX; la cínica y gris de Un tal Bernabé Bernal y
Don Simeón Torrente ha dejado de... deber de Salom Becerra y Hombres
sin presente de Osorio Lizarazo; sobre el asesinato de Gaitán: El día del odio, también de Osorio, El Crimen del siglo y El incendio de abril de
Miguel Torres, El cadáver insepulto y el imprescindible Bogotazo Memorias del Olvido de
Arturo Alape, para no olvidar…
La racista de El rumor del astracán
de Bibliowitz; la difícil de La casa de la vecindad de Osorio
Lizarazo y Las Puertas del Infierno de José Luis Díaz Granados; la
decadente de Los Elegidos de López Michelsen, Los Parientes de Ester
de Luis Fayad y Fiesta en Teusaquillo de Helena Araujo; la
contemporánea que narran Opio en las nubes de Rafael
Chaparro, Sin Remedio de
Antonio Caballero, Relato de un asesino y
Satanás de Mario Mendoza, Tres ataúdes blancos de
Antonio Ungar, Al diablo la maldita primavera de Sánchez Baute, Esto huele mal de Fernando Quiroz, Perder es cuestión de método de
Santiago Gamboa, El Ruido de las
cosas al caer de Juan Gabriel Vásquez, Todo pasa pronto
de Juan David Correa , La mujer en el umbral de Mauricio
Bonett, la trilogía de Gonzalo Mallarino; la de las obras
de Germán Espinoza, Alfredo Iriarte y Laura Restrepo; la que
escriben autores jóvenes todos los días...
La de las acuarelas de Pierce, Brown,
Marck, José Ramón Torres y la Comisión Corográfica; inspiración de pintores
como Andrés de Santamaría, Epifanio Garay, José María Espinoza, Acevedo Bernal,
Gómez Campuzano, Gonzalo Ariza, Santiago Cárdenas, Juan A. Roda, Doris Salcedo,
Alejandro Obregón, Luis Caballero, Gustavo Zalamea, Lorenzo Jaramillo; de la bienal
de Venecia; del pop art de Nadín Ospina; del arte de Bernardo Salcedo, Miguel
Ángel Rojas, Ramírez Villamizar, Fernando de Szyszlo, Jim y Olga de Amaral
y de la poesía de Julio Flórez, la Gruta Simbólica, los
piedracelistas, los panidas, Luis Vidales, Rogelio Echavarría, Fernando Charry
Lara, Gustavo Cobo, María Mercedes
Carranza, Juan Manuel Roca, José Luis
Díaz; El Festival Internacional de Poesía; las galerías Garcés Velásquez, Belarca,
Arte dos, El Mundo, Beatriz Esguerra y Casas Riegner; la Bogotá del Siglo XIX que
quedó para siempre en los lentes de Luis García Hevia, Juan Bennet, Demetrio
Paredes y Julio Racines, de inicios del
XX de J.N.Gómez, Pedro Lafont, Benjamín de la Calle y Luis Lara; de mediados de siglo y El
Bogotazo, de Lunga, Sady González, Nereo, Manuel H, Saúl Ordúz y Hernán Díaz, la
de la era digital; de la caricatura política de Alberto Urdaneta, El Zancudo de Alfredo Greñas y El Alacrán de Gutiérrez de Piñeres en el
Siglo XIX, Rendón, Chapete, Pepón y
Osuna, en el 20, y Betto, Matador, Grosso y Vladdo en el 21; los cartones de Alfredo y el humor de Jaime
Garzón en el “Edificio Colombia a la
orden…
Cinéfila, teatrera y lectora
La ciudad del cine que llegó de la mano
de los hermanos Di Doménico, quienes construyeron el teatro Olympia, la primera
sala de la ciudad, inaugurada con la película La novela de un joven pobre, el 17 de diciembre de 1912, que ya no
existe, como tampoco, al menos, en su uso original, la mayoría de las decenas que se
construyeron: Rex, estrella del cine
mexicano en los años 30; Astor Plaza
(ahora sala de eventos artísticos), Royal Plaza, Apolo, Atenas, Palermo, Radio
City, Ayacucho, 6ta Avenida, Colombia, España, Lido, Ibis, Metro Riviera
(actual Theatrón) Trevi, El Cid, Lux, Azteca y México (auditorios de la
Universidad Central), Opera, Aladino, Libertador (hoy discoteca Vinacure), San
Jorge, Apolo, los cinemas de la 24, los
dobles del Mogador (actual Majestic) y el porno en el Novedades, el Coliseo y
el Imperio; el cine se ve hoy en los multiplex de los centros comerciales, en
los que destacan las pantallas gigantes del Titán Plaza, y el no convencional
en la Cinemanía, Gótica, Lumiere y Cinema Paraíso; los festivales de cine de Bogotá, Europeo, Fantástico y de
Terror, Rosa, Documental Beeld Voor
Bogotá, el Globale Bogotá Miradas Emancipadoras, el de la Muestra Internacional
de Documental Musical, y la programación
temática de la Cinemateca, al gusto y gratis...
El escenario de las películas de Dago
García, Ciro Durán, Norden, Sánchez, Osorio, Ospina,
Triana, Guerra, Duque, Coral, Colbert
García, Landes, Rojas, Navas, Baiz y
Marta Rodríguez; la de Chircales, Gamín, El taxista millonario, Como
perros y gatos, la Estrategia del caracol, Camilo Torres, Visa USA, Confesiones
a Laura, Soplo de vida, La sombra del caminante, La gente de la Universal, La
toma de la embajada, Esto huele mal, Perder es cuestión de método, La historia
del baúl rosado, Bluff, Satanás, El tigre de papel, La primera noche,
Sanandresito, La gente del semáforo, Karen llora en un bus (y sus
vicisitudes por el centro) , La sangre y
la lluvia (la lúgubre ciudad nocturna con parada en la discoteca El
Laberinto y el club nocturno La Piscina), Porfirio,
García; Postales Colombianas y Sueño en paraíso (dos visiones distintas
sobre los asesinatos por militares conocidos como “falsos positivos”) y el documental Retratos de familia de Alexandra Cardona, acerca de la lucha de
las madres porque se haga justicia a los responsables de ese crimen de lesa
humanidad; Roa (el asesino de Gaitán en el centro histórico recreado) y Carrusel sobre la tumbada a los
bogotanos por la rosca de Samuel...
La Bogotá de los festivales
Iberoamericano de Teatro de Fanny Mikey (q.e.p.d.) y Ana Marta Pizarro,
Alternativo de Patricia Ariza, de Mujeres en Escena por la Paz, del Oprimido y
de la Calle; los grupos de teatro Libre, La Candelaria, Seki Sano, de la
Carrera, La Comedia, La Castellana, La Baranda, Arlequín, Teatrova, Casa
Ensamble (en la casa Sefair), Libélula Dorada, Ditirambo, Manzur, y
Chiminigagua en Bosa; los teatros Jorge Eliécer, Colón, Colsubsidio, Cádiz,
Gimnasio Moderno, Shakespeare, Delia Zapata, Santo Domingo, de Bellas Artes, el
renovado Villa Mayor y el Faenza
restaurado por la Universidad Central; las paredes que los grafiteros y artistas callejeros hacen
gritar, los nuevos murales de la 26; las estatuas callejeras; las
desaparecidas librerías Buchholz, Torre de Babel, Contemporánea, El Zancudo,
Suramericana, América Latina, Gran Colombia,
y las casetas de la Jiménez y la 19, incluidas mi Mukaya y La Comuna;
las vigentes Alejandría, Casa Tomada, Arteletra, La valija de fuego, La
madriguera del conejo, Siglo del Hombre, Babel, Nacional, Universidad Nacional,
Mundial, Lerner, Panamericana, Luvina,
Valderravía, El Dinosaurio del “abuelo” en la 45; Ciencia y Derecho; Merlín de Célico,
Pensamiento Crítico de Renán, Popol Vuh de Julia y las demás de incunables,
antiguos, raros y usados del Temel...
Charladora,
chancera y chismosa
La ciudad de las tertulias amenizadas
por una buena taza de café negro (tinto), con leche (perico) o un aguardiente
en El Avión, La Botella de Oro, el As de Copas, La Gata Golosa, el
gato Negro, Imperial, Europa, Victoria, Saint Morris, El
Automático, Windsor, ayer y en Kaldivia, El Pasaje (también conocido
como de los tinterillos o prevaricato) Café Leyenda, Jurídico, Oma y Juan Valdés, hoy. La Bogotá antigua del
"cachaco", como se denominó al habitante tradicional por su
distancia, elegancia, buenas maneras y dialecto particular (el rolo); el de:
ala, cachifo, carachas, caray, cascar, chanchullo, chato (a), chatico (a) chirriado, chisgarabís, desgualetado,
frondio, gamín, jartera, jincho,
guarapazo, guachafita, guache, guacherna, lambón, líchigo, mijo, picho,
pichurria, regio, vaciado, vergajo; mi rey, mi chino, sumercé, ¡Ah carajo! ¡Qué
vaina! ¡Nos jodimos!
De la bohemia picaresca, repentista e
intelectual de "Ñito" Restrepo, el "Indio" Uribe,
Barba Jacob, Julio Flórez, Eduardo Carranza, Arturo Camacho, Jorge Rojas,
Aurelio Arturo, Clímaco Soto Borda, León De Greiff, Candelario Obeso, César
Uribe, Guillermo Valencia, Rafael Maya, Juan Lozano, Alberto Lleras, Luis
Vidales, Alberto Zalamea; la comediante y satírica de Humberto Martínez,
ayer, y la reciente de Jaime Santos a Antonio Sanint y Julián
Arango; la del periodismo nacido con El Aviso del terremoto, establecido
con El Papel Periódico de Santafé de Bogotá, convertido en arma política con La
Bagatela y Los Toros de Fucha por Antonio Nariño; el combativo de la Nueva
Prensa y Alternativa ayer y Voz y Desde Abajo hoy; el actual de Semana, Cromos,
El Tiempo, El Espectador, El Nuevo Siglo, La República, El Espacio, Hoy, ADN y Publimetro; Plan B, Goce, DC, Cartel
Urbano; Soho y Don Juan; de las desaparecidas revistas culturales Pan, Mito,
Aleph, Puesto de Combate y Número, y, hoy, Arcadia y El Malpensante con su festival
picante...
La costumbrista, bucólica y
coloquial de Yo y Tú, Don
Chinche, el Doctor
Clímaco Urrutia y Animalandia de Pacheco en tv; la de la televisión en
vivo en blanco y negro y las grabaciones tumultuosas en los estudios Gravi de
la 19; la comercial de hoy de RCN, Caracol y City TV, la cultural e
institucional de Señal Colombia, y la pública y humana que promueve Canal
Capital; la de Goyeneche, el Bobo del Tranvía, la Loca Margarita, Pomponio y el
Artista Colombiano; de los radioteatros de la Escuelita
de Doña Rita , Los Chaparrines y el uruguayo Herbert Castro en
Caracol radio: "se le dijo, se le advirtió y no hizo nada…", y El Corcho y Salustiano Tapias; los recuerdos de Pompín
de Gonzalo Ayala y el "Chupo" Plata en Radio Tequendama, El patico discotequero de Marino
Recio; Enrique París y Otto Greiffestein en Caracol Estéreo y Nuevo
Mundo; Eucario Bermúdez en la Voz de Colombia, el “Ciego de Oro” de
La Voz de la Víctor; Salsa con estilo
de Jaime Ortiz Alvear, el pionero Miguel Granados Arjona ("El viejo Maik"; William Vinazco y
el “patico” Ríos en la Voz de Bogotá, Cristóbal Américo Rivera en “Alerta
Bogotá”, y la HJCK "la emisora de la inmensa minoría" de los
Castaño Valencia; la radio de hoy, Radiónica, Señal Nacional, Laud,
Javeriana estéreo, UN radio y la inefable radio comercial
liderada por la W de Julio Sánchez Cristo y el “cachaco” Alberto Casas:
"no me cuelgue por favor…”
Lujuriosa,
divertida y rumbera
De La Piscina, Las Paisas y los
burdeles de la 24 en el Santa Fe, las putas y travestis por la 15 desde la 92 hasta
la 100, Linares, Donde Conrado, Porkys,
Moulin Ruge, Apolo´s Men, Aroma y Tanga; los moteles de Venecia, la 61,
Coconito (el del paracaídas), Eldorado y Puerto Amor entrando a Álamos, Kankún, llegando a Soacha, Rocamar,
La Cita y Estadero del Norte; del trago barato de Sanandresito; tejo en el Campo Villamil, Las Cruces, Veraguas, Las Ferias y en cualquier barrio; Nutabes
y la Terraza Pasteur; la Bogotá curiosa de Jorge Consuegra; la bizarra de
Sanín, Sánchez y Chalela; la hermosa Bogotá 360 con fotografías de Cristobal
Von Rothkirch y textos de Enrique Santos
Molano; la del 6 de Enero en Egipto, el
Festival de la Chicha y de la Dicha en “La Perse”, el Festival de Verano y las
cometas de agosto; el Día del amor, la
Solidaridad y la amistad, el Día de las brujas; la noche de las velitas, las
novenas con natilla y buñuelo, las
guirnaldas y los arbolitos de la 53, la iluminación navideña de Caravelas, los
aguinaldos, los juegos pirotécnicos en los parques centrales y los voladores
iluminando el cielo del sur; las fiestas de fin de año…
Las ciclorutas y las ciclovías dominicales; de Corferias, la Feria Internacional del Libro,
de las Colonias, del Hogar, Expo-artesanías, Agroexpo, Expociencia, Artbog; Colombia Moda; el Festival de
varistas y someliers; Alimentarte; serenatas con mariachis contratados en la playa de Chapinero o con tríos de la 32, fiesta con papayera o grupo vallenato; El Septimazo con su mercado persa, el circo bogotano, Celia Cruz y Carlos Gardel colombianos, películas y libros "piratas" y la variopinta marea humana de todos los días; Colombia, Hip Hop, Rock, Salsa,
Opera y Jazz al Parque; la Media Torta, escenario al aire libre, animado en los
años 40 por el “tocayo” Ceballos, con programación trasmitida en vivo por la
radio, que durante 75 años ha acogido a los artistas nacionales y a los extranjeros,
cuando por ley debían realizar un concierto gratuito; donde cantaron Tin Tan,
Cantinflas, Jorge Negrete, Pedro Vargas, Chavela Vargas, Celia Cruz y la Sonora
Matancera, la Billos, Los Melódicos, Rafael, Leonardo Favio, Simón “El
Africano”, Leo Dan, Roberto Carlos, Rocío Durcal y Vicente Fernández, y
ahora ofrece programación popular y
recibe a la muchachada vestida de negro
y con maquillaje gótico, para los
conciertos rockeros, metaleros, punkeros, de hip hop o rap; la Bogotá del
perfomance ambulante, sedicioso, valiente, consciente y explosivo de La Fulminante…
En la que Bolívar bailó La Libertadora; la que se alegró con La gata golosa, Los Cucaracheros ("El que en Bogotá no ha ido con su novia a Monserrate, no sabe lo que es canela ni tamal con chocolate") , ¡Que vivan los novios! y Agáchate el sombrerito en los 40; Lucho
Bermúdez en el Metropol (ahora revivido como Cuban Jazz Café), Eduardo Armani (Ala, cómo estás) Edmundo Arias y
Alex Tovar en el Granada y el Tequendama, y
el “cachaco” Julio Torres con Los camarones; La loca margarita de Milciades Garavito; Pomponio de los Alegres vallenatos en los 50; de Los Flippers,
Los Spikers, Génesis, Ana y Jaime, Lukas, Pablus Gallinazus, Eliana, Yaki
Kandru, Los Escamilla y el “Chucuchucu” en los 60 y 70, "Para Bogotá" de la Billos y "Bajo el sol de Bogotá" de León Gieco; y después con
Compañía Ilimitada, Poligamia, Distrito Especial, Bloque de Búsqueda, La
Derecha, Iván y Lucia, Troller y Arias, Mario Duarte, Héctor Buitrago, Humberto
Monroy, Andrea Echeverry, Sociedad Anónima ("Río Bogotá"), “Chucho” Merchán, Doctor Krápula, La 33, La
Pestilencia, Aterciopelados, Tumbacatre,
Calambuco, La Conmoción, Real Charanga, Mojarra Eléctrica ("Calle 19"),
Sidestepper, Bomba Estéreo, Frente Cumbiero, Systema Solar, Alerta Kamarada,
Malalma, Curupira, 1280 Almas, Nawal, Pescao vivo, Pornomotora, La revuelta, La
Etnnia, Odio a Botero, Guafa Trío, Son Callejero (le dedicó "Feliz cumpleaños" para los 475), Juan Sebastián Monsalve,
Ricardo Gallo y la Orquesta Filarmónica (con todas las glorias mundiales que la
han dirigido); el Distritofónico, Bogotrax y Rolofest; Capital Mundial de la Música, Bogotá es una rumba…
Protagonista
y testiga de nuestra historia
La Bogotá del suplicio de José Antonio Galán y la traición a
los Comuneros; la impresión clandestina de Los
Derechos del Hombre y el Ciudadano por Antonio Nariño; el Memorial de Agravios de Camilo Torres y Tenorio, el Observatorio
de Francisco José de Caldas, la Expedición Botánica de Mutis; de José María
Carbonell y los chisperos, el Grito de la Independencia y la proclama de
Acevedo y Gómez; la pelea entre
carracos y pateadores, el régimen del terror, los fusilamientos en
fila de patriotas en el Huerto de Jaime (Parque de Los Mártires, en su memoria), la Plaza de San Francisco (Parque Santander) y la Plaza
Mayor (de Bolívar); Las Convulsiones de Vargas
Tejada, bolivarianos y santanderistas, las Ibáñez, la noche septembrina, la
Quinta de Bolívar, su espada y la casa
de Manuelita, su gran amor; Melo y los
artesanos, gólgotas y draconianos, las
sociedades democráticas, José Raimundo Russi, ya independientes, abogando por
los pobres..
La del repudio por la separación de
Panamá; que el 8 de Julio del 1921 protestó
el asesinato de Gonzalo Bravo Páez, el primer mártir de las luchas
estudiantiles, y el 8 y 9 de abril del 51 se volvió a sacudir ante una
masacre de universitarios; la de la Marcha del silencio y La oración por la paz de Jorge Eliécer Gaitán y El Bogotazo por su asesinato; la ciudad que el 10 de mayo de 1953 tumbó la
dictadura y el 19 de abril de 1970 fue defraudada y Lleras mandó a dormir; la de Camilo Torres y el
Frente Unido; la del Paro Cívico Nacional del 11 de Septiembre de 1977; el robo
de la espada de Bolívar, el saqueo por túnel de las 5 mil armas del Cantón y la
toma dela Embajada Dominicana; la castigada con saña por la demencia asesina de
Pablo Escobar; la que el 6 y 7 de noviembre de 1985 vio destruir a cañonazos el
Palacio de Justicia y arder en llamas a sus ocupantes “defendiendo la
democracia maestro”; la que el 4 de julio de 1991 juró una novedosa
Constitución, que han desbaratado desde el Capitolio y la Casa de Nariño; la
que vio matar a Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán, Guadalupe Salcedo,
Alberto Alava, Guillermo Cano, Carlos Pizarro, Jaime Pardo Leal, Bernardo
Jaramillo y Luis Carlos Galán…
Bogotá, que en la Plaza de
Bolívar acogió a liberales y conservadores, anapistas y comunistas, a la
UP, al M-19 y al Polo Democrático, y
allí mismo ha llorado sus muertos, exaltado
sus líderes, gozado más de un concierto y exigido sus derechos; la del Primero de
Mayo, las marchas de la
afrocolombianidad, el orgullo LBGTI, por los derechos y no violencia
contra la mujer, el sindical, indígena, estudiantil, del magisterio, cannábica,
de las putas, patriótica, contra la violencia, las desapariciones y el
desplazamiento, en Memoria de las Víctimas, por los Derechos Humanos y la
Paz; la que hace dos décadas desterró al Frente Nacional excluyente que desde
ella gobernó al país; la ciudadana, coqueta y con todos del mismo lado de
Mockus, la que queremos (2.600 metros más cerca de las
estrellas) de Peñaloza, sin indiferencia de "Lucho" Garzón y
Positiva de Moreno, en lo que de bueno quedó del maldito carrusel…
La que eligió dos veces al Polo
Democrático y, a pesar de que le quedó mal, terca y rebelde, con
Petro, por la izquierda volvió a votar; la ciudad de todos y todas que
entre siglos y milenios, redujo los muertos, la incivilidad, la
desigualdad y la miseria, creció
como urbe, lugar de negocios, vividero y
destino atractivo, pero que aún divide a su población por estratos y su
territorio en zonas residenciales de ricos y barrios de pobres y creció
con medio millón de desplazados por la guerra; que ahora, con la mezquina
oposición de quienes confrontan el nuevo modelo desde sus intereses
económicos y políticos o como beneficiarios de la mafia de la contratación
pública y el clientelismo, busca superar
la segregación social, los riesgos del cambio climático y la plaga de la
corrupción, con inclusión, protección del medio ambiente y fortalecimiento de lo público; que
observa entre alelada e indignada o cómplice e hipócrita, como la derecha quiere truncar este proceso…
Bogotá, que a finales del Siglo XIX,
Marcelino Meléndez y Pelayo calificara por su cultura como la "Atenas
suramericana"; que en los 50 del Siglo XX, tras El Bogotazo y muchos fracasos, sería considerada “la apenas”, Alfonso
López describió como “El Tíbet de Suramérica” y con el tercer milenio resurgió tenaz;
no es la ciudad caótica y gris de la que hablaban los urbanistas en el
cuarto centenario; esquiva, distante, escéptica y cínica que narró Daniel
Samper Pizano para el 450 aniversario; ni la Bogotá D.C. (el Deslucido Culo de
Suramérica) la huecotá atrasada, mensa e
invivible de la que se mofa la Inciclopedia y caricaturizan los adversarios, algunos
soberbios, clasistas y excluyentes, del gobierno actual; hoy atrae al mundo por sus muchos méritos, sus encantos, oportunidades, señales
e intentos, aunque todavía se quiebra por dentro, entre la arrogancia
encolerizada del sectarismo reaccionario, la indiferencia cómoda o inducida del
ciudadano del común y la angustia impotente o sublevada de los que tienen
esperanzas de que una nueva Bogotá es posible, una nueva Colombia es posible,
un nuevo mundo es posible; entre la gente que mira impasible, airada o
emocionada “El beso de los invisibles”*.
__
*En abril de 2013, el Presidente de la
República Juan Manuel Santos quiso hacer desde Bogotá un gesto simbólico sobre
la lucha contra la inseguridad en el país, visitando la tétrica zona del Bronx,
amparado en la iniciativa del Alcalde Gustavo Petro de recuperar con
intervención social el sector, por años, con sus tragedias, deshumanización y
criminalidad, impune vecino de la institucionalidad del país. Durante el
recorrido, el fotógrafo del diario El Tiempo Héctor Fabio Zamora, captó el beso
entre una pareja de habitantes de la calle acostados en el piso, indiferentes
al acontecimiento, que luego de
publicada impactó y causó una polémica que mostró la ruindad e intolerancia de
una parte de la sociedad bogotana. Para ornamentar culatas antiestéticas de
edificios alterados por la construcción de la troncal de Transmilenio
de la Avenida Eldorado-Calle 26 y
atender la demanda de un creciente y creativo movimiento grafitero, la Alcaldía
promovió un concurso en el que, para intervenir
una enorme pared de la calle 26 con carrera 15,
fue seleccionado el colectivo Vértigo Grafiti de Camilo López, con el
tema “El beso de los invisibles”, inspirado en la caricia del Bronx. Hoy es el mural al aire libre más
grande de Bogotá, quizá del mundo. Y tal vez, el que más dice.
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